TZtapatero ha culminado ocho días de protagonismo exterior e interior que lo han situado en una de las posiciones más relevantes de estos cinco años que lleva al frente del Gobierno de la nación. Mientras que estaba trabajando en las grandes cumbres y restableciendo la normalidad de sus relaciones con la presidencia USA tras los cinco años despreciables de Bush , preparaba la traca de la profunda crisis de Gobierno que hacía pública a medio día de hoy.

Fortalecimiento en la escena exterior, incluyendo el triunfo de su personal idea de la Alianza de Civilizaciones bendecida en Estambul por el propio Obama , y recomposición del cuadro político interno con una crisis de la que sale un Gobierno fortalecido y mucho mejor preparado para la lucha contra la crisis y el paro y las grandes reformas a emprender en el tiempo próximo. He ahí el sentido profundo de los cambios, que culminan con la incorporación al Ejecutivo de las mejores bazas disponibles, como son la vicepresidenta Salgado (que ya estaba dentro) y los dos puntales del PSOE (Chaves y Blanco ), además de personalidades tan señeras como Gabilondo, Trinidad Jiménez y Angeles González Sinde .

Estamos no sólo ante un cambio de ritmo sino ante un cambio de rumbo, dejando atrás errores de bulto y vacilaciones que comprometían la buena marcha de la guerra contra la crisis y del empeño por la modernización social y el saneamiento de las estructuras económicas y políticas de este país. Es evidente que ahora Zapatero tiene que resolver el problema de la estabilidad parlamentaria de su Gobierno, sin la que se hace muy difícil la puesta en práctica de las nuevas ideas y los nuevos proyectos.

Esa estabilidad se ha visto perjudicada por la defección del PNV tras la decisión socialista de pactar en Euskadi con el PP en lugar de hacerlo con ellos. Ahora el Gobierno socialista aparece con más fuerza y con mayor ímpetu para conseguir esos compromisos parlamentarios que completen la mayoría absoluta que Zapatero necesita. Supongo que será consciente de que eso es ahora un interés prioritario.