Hace un año comencé mi colaboración con El Periódico Extremadura. Desde entonces algunas cosas han cambiado como la situación de las cuentas de la administración que se ajustan de manera progresiva. Nuestra deuda se sitúa en el 14% del PIB regional y su rating ha mejorado tras la última revisión de Standard & Poors. Sin embargo, estas mejoras no se han trasladado aún al ámbito microeconómico o familiar.

DE HECHO, por primera vez en la historia de la economía la Administración y no se nos olvide, la banca, salen antes a flote que sus ciudadanos (aunque en Extremadura las cajas hayas salido para desaparecer). Como si se tratara de llegar el primero a la meta. Y así será, el erario público vence al ciudadano en la salida de la crisis, una carrera de fondo en la que no queríamos competir.

PERO una vez dentro y en una región como la nuestra con suerte habrá algún ganador foráneo que se lucre de las circunstancias pero sobre todo, habrá vencidos. Aquellos que se quedaron en el camino sin estudios y sin posibilidad de reintegrarse en el mundo laboral. Aquellos restos de la crisis que deberán resignarse al subsidio, la pensión o la emigración. Para ellos no habrá consuelo si un día por no gestionar adecuadamente los fondos públicos y otro día por reducir el déficit antes que nadie se quedaron sin empleo y no lo volvieron a recuperar.

PERO el daño ya está hecho. Aunque ha sido rápido, ha sido intenso. A nivel autonómico, lo de menos son los ajustes en este momento. Si bien en este caso se muere el perro, la rabia continúa. En una región como la nuestra, los recortes acarrean potencialmente más perjuicios sobre la población que beneficios puedan conllevar las aún tímidas propuestas expansivas del próximo presupuesto.

ES DECIR, si antes nos quitaron 2 euros y ahora nos ponen 2, el resultado sigue estando en negativo. Y así será hasta que nos arrastre el vendaval de la economía nacional. En la práctica, nuestro PIB no tiene capacidad suficiente para recuperarse de los recortes en los mismos tiempos en que estos destruyeron empleo. Necesitamos de la ayuda exterior que a partir de 2014 llegará con los fondos de la Unión Europea. Lo cual ya no será tan fácil conseguir como en etapas anteriores.

PERO en Extremadura ya se está produciendo una brecha que divide a nuestra dispersa pero pequeña sociedad. Si en el resto del país el número de ricos se dispara y el de pobres se multiplica exponencialmente, en nuestra región a menor escala, las diferencias también se están notando. Si todo sigue igual, en unos años existirá una clase acomodada y asegurada que trabaje o haya trabajado en el área de la administración o en torno a ella. Bien en activo o como jubilados, este colectivo se situará un vagón por delante del resto de la sociedad.

EL ESTADO de las condiciones laborales que por decreto disfruta el resto de los mortales, se convierten en la peor de las incertidumbres para afrontar cualquier proyecto familiar en el que comprar una vivienda o un coche se convierten en toda una hazaña basada en la fe a ciegas del trabajador. Un contexto que no deja lugar a la reactivación del consumo y la actividad económica. Hasta hace unos años ese partido entre público y privado estaba empatado en ilusiones.

LOS 200 euros a las pensiones no contributivas, la deducción a viudos o la renta básica no son sino medidas que maquillarán en un futuro no muy lejano la debilidad de esta parte de la sociedad extremeña. De hecho esta realidad, ha sido la culpable de que el Presidente de la Junta apele al centrismo como estrategia para gobernar en Extremadura aludiendo por igual a la idoneidad de aplicar en unas ocasiones políticas de izquierda y en otras políticas de derecha. Todo sea por gobernar y satisfacer a las dos Extremaduras.