El mandato de Joan Laporta al frente del Barça se acaba con un impresionante palmarés deportivo. Es el presidente que, en un período más reducido de tiempo, ha conseguido más éxitos para los culés, en cantidad y calidad. Este activo, junto con aciertos tan notables como la expulsión de los violentos o como la revalorización mundial de la imagen del club, han convencido a los socios del club, según la encuesta que publica hoy EL PERIODICO. Laporta presentó a Alfons Godall como su delfín, pero luego, al comprobar que flirteaba con la posibilidad de aliarse con Ferran Soriano, rectificó para depositar su confianza en un Jaume Ferrer que, según la citada encuesta, parte con muy pocas posibilidades de éxito. Es quizá el punto más débil de la estrategia laportista: no haber dado con una solución de continuidad. La mayoría de los barcelonistas apuestan por una renovación que encabeza de manera aplastante Sandro Rosell, el directivo que, dos años después de haberse alzado con la victoria en la candidatura de Laporta, generó la primera crisis del mandato. La estrategia pausada y silente de Rosell parece haber dado frutos. Los números cantan de manera contundente: de celebrarse hoy las elecciones, Rosell sería el nuevo presidente del Barça.