El día 13, el Consejo de Ministros anunció y celebró entusiásticamente una condonación de la deuda de los países más empobrecidos y endeudados del mundo que han entrado dentro de la iniciativa HIPC (Heavily Indebted Poor Countries). Con ello, el Gobierno dice cumplir con la disposición transitoria segunda de la ley que regula la gestión de deuda externa, que le obliga a presentar un plan para renegociar o, si es necesario, cancelar la deuda soberana de los países HIPC contraída con anterioridad al 31 de diciembre del 2003. Pero no se puede obviar que los países que aceptan entrar en la iniciativa HIPC tienen que pasar duros exámenes del FMI durante diversos años, pruebas que comportan serios ajustes estructurales para sus economías, con graves costos para la población de estos países. Por tanto, estas cancelaciones difícilmente se pueden justificar para generar nuevas oportunidades de desarrollo en estos países con las que alcancen una mayor soberanía política y económica. Asimismo, quedan algunas lagunas importantes que no nos permiten celebrar con el Gobierno este anuncio. De los 41 países HIPC, tan solo 26 tienen deuda con España. El Gobierno solo anuncia la ampliación de la cancelación de la deuda de 11. No entran los 15 restantes. Desconocemos si se debe a que no tienen deuda comprometida entre el 20 de junio de 1999 (anterior fecha de corte) y el 31 diciembre del 2003 o si ha habido un olvido gubernamental. Por ello, y para evitar sospechas seguro que injustificadas, solicitamos al Gobierno total transparencia sobre las fechas y grado de cumplimiento.

Daniel Gómez**