WLwa presentación, bajo el nombre de Aukera Guztiak (Todas las Opciones ), de una desconocida candidatura para los comicios vascos, admitida en principio por las juntas electorales, es un hecho que no sorprende. Y se vuelve sospechoso al producirse justo cuando la ausencia de la ilegalizada Batasuna deja a un 10% de votantes de Euskadi a la deriva. Sólo el abertzalismo antisistema puede impulsar unas listas cuyo programa se limita a defender "los derechos civiles y políticos de todos los ciudadanos y entidades", y poca gente en Euskadi duda de que intentan sustituir parcialmente a la proscrita Batasuna. Tampoco tienen dudas de esta vinculación el ministro de Justicia y el fiscal del Estado, que impugnarán ante el Supremo la nueva candidatura, prescindiendo de cualquier cálculo sobre si al Gobierno le favorecería su concurrencia electoral para frenar al PNV. Que quienes encabezan estas listas fantasma se negaran ayer a condenar de forma explícita a ETA basta --como argumentó el Tribunal Constitucional en las europeas del 2004 ante una estrategia similar-- para confirmar las sospechas de su estrecha relación con Batasuna. O para ilegitimar directamente a Aukera Guztiak por su connivencia con una organización criminal.