El sindicato UGT ha denunciado que el aeropuerto de Badajoz es un caos que pone en riesgo la seguridad de los viajeros. Pasajeros que tienen que pasar junto a los aviones aparcados para subir al que les lleve a su destino; aeronaves que se estacionan sin la separación mínima y que pueden provocar roces o choques con otros cuando vuelvan a moverse; falta de personal que guíe a los aviones que acaban de aterrizar a que aparquen ordenadamente y en zona permitida; situaciones de desconocimiento de los pilotos sobre dónde parar el avión para que no interfiera en el tráfico ni en el trabajo de la zona militar...

Estas denuncias del sindicato revelan que las condiciones del aeropuerto de Badajoz son mejorables. No es la primera vez que surgen voces desde la instalación que hablan de carencias que tienen que ver con la seguridad. Hace más de un año ya saltó a las páginas del periódico que los controladores, algunos sin la preparación adecuada, hacían guardias de 24 horas durante los meses de verano por falta de personal.

En estas condiciones, las obras de ampliación anunciadas el pasado mes de abril por la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, se ven como una necesidad perentoria. Esa actuación, que la ministra dijo que se iba a licitar con carácter de urgencia, habría de paliar las malas condiciones del aeropuerto que denuncia UGT, puesto que se dirige precisamente a ampliar la zona de aparcamiento de aeronaves. Diagnosticado el problema, por tanto, ahora hay que confiar que la solución no se demore.