WEw l Congreso ha aprobado, con el voto en contra del PP y la abstención del PNV y de IU (Iniciativa, en cambio, votó a favor), la reforma del Código Penal que establece penas de cárcel (de hasta cinco años en los casos más graves) para los automovilistas que superen en más de 80 kilómetros por hora los límites de velocidad, rebasen de largo la tasa de alcoholemia permitida o conduzcan sin carnet. Esta reforma, animada por CiU y por el director general de Tráfico, Pere Navarro, iguala a España con los países más civilizados en materia de tráfico, que hace años que se tomaron en serio la persecución penal del conductor irresponsable y potencialmente homicida.

La oposición del PP, bajo el argumento de que se trataba de un proyecto poco razonado, obedecía en realidad a una discrepancia de fondo con la voluntad de poner límites estrictos a la conducción (el PP, por ejemplo, quería que la tasa de alcohol permitida pasará del 1,2 aprobado al 1,5), en línea, por cierto, con las polémicas declaraciones de Aznar en contra de los límites de velocidad y de la tasa de alcohol. Las abstenciones del PNV e IU reflejaban las dudas de quienes creen excesivo utilizar la vía penal y hubieran preferido un endurecimiento sancionador, pero administrativo.

La ley quiere aplicarse antes de que termine este año, pero primero debe pasar por el Senado. Lo que en otros casos no deja de ser un trámite que difícilmente altera lo decidido en el Congreso, en esta ocasión puede no ser así. La anunciada voluntad de lograr el consenso en la Cámara alta --es decir, que el PP se sume a la mayoría-- puede llevar a los socialistas y sus aliados a admitir ahora cambios a la baja que desnaturalicen el espíritu y la letra de la ley.