Carmen Blázquez es la Juana de Arco del ayuntamiento placentino en materia de limpieza. La concejala de la cosa se ha propuesto hacer de Plasencia una ciudad donde no se saque la basura a cualquier hora del día, no se tomen las calles por urinarios públicos o no haya que pisar la caquita del perro en la vía pública. No se lo ha sacado de la manga porque eso ya lo prohíbe la ordenanza municipal con multas de considerable cuantía, pero ha sido valiente en hacerla cumplir después de una campaña de concienciación en la que ella misma se echó a limpiar simbólicamente las calles con asociaciones de vecinos. "Sé que las multas son impopulares, pero creo que ésta es ahora mi responsabilidad". Considera que es el precio que hay que pagar por tener un cargo público y el suyo conlleva sueldo de concejala con dedicación exclusiva. Madre de dos niños, vecina de San Miguel y afiliada al PSOE después de presentarse en el 2003 como independiente, no ha parado de trabajar desde los 21 años. Hasta dice sentirse asalariada en el ayuntamiento "y, por tanto, con la obligación de responder al ciudadano porque es dinero público", lo que incluye un atrevido recorte de productividad a policías locales. Y, como inquietudes no le faltan, estudia Derecho en la Uned.

MERCHE R. REY