La música de fusión no siempre debe estar reñida con su componente comercial. Esto es al menos lo que se descubre en los trabajos de Carmen París, aragonesa de pura cepa que ha sabido conjugar sin complejos los sonidos tradicionales de la jota, el carácter andalusí, el folclore sudamericano e, incluso, el jazz. Esta universalidad emana a raudales en su último trabajo ´Pa´mi genio´, que esta estilizada cantante presentó anoche en el Teatro López de Ayala.

Carmen París lleva a sus espaldas una larga trayectoria dentro de la música, a la que llegó de la mano de Miguel Angel Berna, hasta convertirse en su mejor alumna. Fue teclista de una banda de blues, solista de la orquesta Jamaica y, durante una gran parte de su vida profesional, fue asidua de distintos cafés-concierto, como la sala Morocco.

Su último disco es fiel reflejo de la personalidad de esta singular cantante. ´Pa´mi genio´ es un reflejo de sí misma, donde da espontaneidad y aire fresco a toda su experiencia vital, a toda su andadura dentro de la música, desde la innovación y sin renunciar a las raíces. Este eclepticismo de notas, de aires y de comportamientos ha encontrado un público fiel dentro de las capas juveniles. Si a Carmen le sobra hoy es ese genio que ha arrastrado para ver realizado un trabajo que nunca contará con la comprensión de los amantes de la ortodoxia más trasnochada.