No basta con prometer nuevos derechos, con anunciar más facilidades en el acceso a esta o a aquella prestación. Además, hay que poner los medios, simplificar el trámite para que las promesas y los anuncios sean efectivos, para que el acceso sea real, ese trabajo que se hace ya fuera de los focos y de las declaraciones en los medios de comunicación. Algo de esto, la diferencia entre el gran anuncio y la letra pequeña, se atisba con la iniciativa de la Dirección General de Tráfico de aprobar una línea de crédito para que los jóvenes puedan sacarse el carnet de conducir al muy asequible precio de un euro al día. Y es que la iniciativa, novedosa y beneficiaria para muchos, no está teniendo acogida entre las autoescuelas --menos del 10% en la región la ofertan, según publicaba ayer este periódico. Y, por si fuera poco, el trámite de la petición del crédito es tan farragoso que el posible beneficiario se ahoga en papeles antes de alcanzarlo...si lo alcanza. Los hechos así lo ponen de manifiesto, y para muestra, un botón: desde que hace mes y medio se puso en marcha la idea de crédito para sufragar el carnet de conducir, solo 45 se han concedido en toda España. Una pena.