El Gobierno socialista confirma su intención de acelerar la modificación de las causas para retirar el permiso de conducir. Pese a que no lo estimaba prioritario, Interior va a recoger una iniciativa que CiU propuso infructuosamente al Partido Popular en la pasada legislatura, y anuncia la implantación del carnet por puntos antes de un año. Además de la multa, será el comportamiento de los conductores y el riesgo que provoquen al resto de los usuarios lo que determine si pueden seguir circulando o no en el futuro.

Hay conciencia de que una buena parte de los 4.000 muertos del año pasado en carreteras y calles españolas se habrían podido evitar controlando más los niveles de alcohol y la velocidad excesiva de los conductores. Esa convicción, unida a la eficacia que ha tenido en otros países de la Unión Europea la medida de restar puntos en las infracciones, ha decantado las dudas del nuevo Ejecutivo hacia la decisión de acelerar esta reforma del código de circulación. En Francia, Alemania e Italia se ha demostrado, con una clara reducción de la siniestralidad, la falsedad de la premisa de que resulta imposible evitar que a más desarrollo no haya más accidentes, que era lo que decía el Partido Popular cuando gobernaba.