En las urgencias hospitalarias suele estar siempre preparado un carro que contiene lo indispensable para actuar de forma inmediata en caso de que algún paciente ingrese con un infarto, generalmente se le llama carro de paradas.

Vimos la semana pasada como estaba plagada la actualidad de escándalos que atentaban contra lo más profundo de las instituciones, vimos como nuestra sociedad, nuestro país, España, había entrado en shock; es cierto que las señales habían aparecido mucho antes, la fatiga y el agotamiento eran más que evidentes, los síntomas claros de que no circulaba con fluidez la situación democrática por sus arterias.

En un momento tan determinante para nuestro Estado como es el actual, en el que uno de territorios que lo integran apuesta por la secesión, el gobierno del Estado en lugar de dar ejemplo de transparencia y legalidad, ha mostrado la cara más repudiable de la política, la corrupción.

Cuando en sede judicial se pone en cuestión la palabra dada por el presidente del Gobierno de España, el descrédito de nuestro país es casi insoportable, cuando del partido del gobierno se dice que se ha lucrado de una trama delictiva es absolutamente intolerable.

Una sociedad democrática sana jamás aguantaría el peso de tanta putrefacción, el colapso en sus arterias sería irreversible.

Aún me asombran las palabras pronunciadas por algunos que se atreven a hablar de irresponsabilidad al presentar una moción de censura, predicen el apocalipsis si prospera, pero es que acaso podría sobrevivir este país a la tolerancia de la corrupción, a mí no se me ocurre una causa mayor para producir inestabilidad y recelo de quienes nos puedan observar de lejos, ¿quién podría fiarse de nosotros? ¿Es eso rigor y seriedad?

La moción de censura se ha convertido en el carro de paradas de nuestra democracia y no tengo dudas de que el corazón de este país reaccionará, aún necesitará tiempo para recuperarse y latir con la fuerza que ha mostrado siempre, pero el futuro y la esperanza está tras la superación de barreras y estoy convencida de que la sociedad española sabrá hacerlo.

España necesita un gobierno con fortaleza y Pedro Sánchez ayer la mostró, un gobierno socialista sería bueno para la decencia de este país, sería bueno para España y para Extremadura.

Decencia

Del lat. decentia.

1. f. Aseo, compostura y adorno correspondiente a cada persona o cosa.

2. f. Recato, honestidad, modestia.

3. f. Dignidad en los actos y en las palabras, conforme al estado o calidad de laspersonas.

* Filóloga y diputada del PSOE