La pandemia que padecemos en España y en el resto del mundo ya se ha cobrado en nuestro país más de 25.000 vidas según las cifras oficiales publicadas, así como cientos de miles de contagiados muchos de ellos con secuelas. Desde la Demarcación de Extremadura del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos queremos trasladar nuestras condolencias a todas las personas afectadas. A este dolor hay que sumar una población confinada que comienza a recuperar el pulso, un sistema sanitario cuyo personal está extenuado y una sociedad que mira con angustia los peores augurios económicos. No es para menos, porque después del drama humano, de las muertes y de los enfermos, viene la tragedia económica del paro y las penurias en que nos puede llegar a sumir una crisis de magnitudes no conocidas por nuestra generación, algunas de la cuales se relacionan en el siguiente cuadro de previsiones:

Esta situación es inédita en España desde los años de la posguerra y en cuanto a la crisis a nivel internacional, solo se encuentra comparación posible en la II Guerra Mundial y en el crack de 1929.

Por otra parte, hay gran incertidumbre acerca del ritmo y perfil de la deseada recuperación económica, que hace tan sólo unas pocas semanas se intuía como rápida para España, con forma de V, que ahora se prevé más lenta, con forma de U,e incluso algunos consideran que tendrá un perfil similar al símbolo de una reconocida marca deportiva norteamericana, una fuerte caída seguida de recuperación lenta, aunque sostenida. En cualquier caso los esfuerzos deben centrarse en que el tramo ascendente se inicie pronto, y que muestre vigor en su pendiente.

Por sectores, parece claro que el más damnificado será el turismo (que representa en torno al 12,5% del PIB español), a la sazón la gallina de los huevos de oro de la economía española en los últimos años. Hoy ya sabemos que gran parte de los ochenta y tres millones de turistas extranjeros que nos visitaron en 2019 no regresarán este año,aunque también pocos españoles practicarán turismo en el extranjero. Y junto con el turismo sufrirá el sector servicios, la hostelería, tan dependiente tanto del turismo como de nuestra forma de vivir en la que priman las relaciones sociales. Si el virus nos impone el distanciamiento personal, la hostelería se resiente.

Ante esta situación, ¿qué pueden hacer nuestros poderes públicos, nuestros dirigentes? ¿Qué medidas adoptar para afrontar con éxito esta situación? Parece claro que nos jugamos mucho y no debemos cometer errores en la elección inicial de la ruta a seguir, que tendrían grandes consecuencias posteriores.

Quien fue Ministro de Agricultura cuando la terrible crisis de finales de la década de los 70, y que había participado en el logro de los Pactos de la Moncloa de 1977 (tan recordados hogaño), Jaime Lamo de Espinosa, publicaba una columna de opinión en El Economista el pasado día 20 de abril, de máxima actualidad y que nos parece de gran clarividencia intelectual. En esta columna se recordaban cuáles eran dos ejes principales de aquellos pactos que ayudaron a nuestro país a enderezar su rumbo cuando la crisis del petróleo de los años setenta:

------------Limitación y ejemplaridad en los gastos consuntivos del Estado de modo que se revisarían todos aquellos gastos cuya existencia no estuviera estrictamente justificada. Cuando se habla de Estado, debe entenderse aquí todas las administraciones del Estado, la local, la autonómica y la nacional.

----------- Orientación del gasto público hacia el mantenimiento de la ocupación, incrementándose la inversión en un 30%.

Desde el Colegio de Ingenieros de Caminos consideramos que estas dos ideas claves, a las que se debería añadir también la industrialización de zonas deprimidas, de la ahora llamada España vaciada, de la que Extremadura es tan protagonista, son armas con las que abordar esta crisis. No son ocurrencias o ideas peregrinas, pues son recetas económicas ya probadas y que han dado resultado en situaciones similares en el pasado. La inversión en obra civil es un efectivo catalizador de cambios económicos capaz de generar dinamismos y tendencias económicas globales. Así, algunas de los beneficios que tiene la inversión pública en obra civil son los siguientes:

-Creación inmediata de puestos de trabajo. En las próximas semanas habrá de cuatro a cinco millones de desempleados en España. La inmensa mayoría de los mismos procederá del turismo y la hostelería, por lo que la recolocación de esta población en el sector de la construcción ayudará a muchas familias a salir hacia adelante. Pero no solamente hablamos de empleo directo, sino que el sector de la construcción es dinamizante de empleo indirecto o inducido cuya cuantía en número es similar ala del empleo directo.

-Mantenimiento del tejido empresarial.Parece insostenible que el Estado fuese el principal empleador de nuestro país, por lo que resulta fundamental y necesario no condenar a la suspensión de pagos o al concurso de acreedores a nuestras empresas. El mantenimiento del tejido productivo es fundamental y España cuenta con un sector de la construcción potente en el cual puede y debe apoyarse.

-La inversión no es un gasto consuntivo que no retorna, sino que deja un bien, el objeto construido, que presta servicio a la sociedad. La inversión en carreteras, ferrocarriles, comunicaciones, abastecimientos, regadíos, etc., revierte en la sociedad propiciando una mayor eficacia y competitividad de las empresas localizadas en el territorio,la cuales tendrán acceso a mejores vías de comunicación, mayores posibilidades de implantación, en definitiva, menores costes de producción y mayor facilidad para poner en el mercado sus bienes y servicios. Así, está comprobado que la inversión en transportes tiene un efecto multiplicador en otros sectores y en la economía en general, estando este efecto multiplicador en torno a 1,7 para las carreteras (cada cien euros invertidos en carreteras generan por sí solos setenta euros más de inversión en otros sectores) y en torno a 2,5 en el trasporte ferroviario.

-Retorno de la inversión vía consumo e impuestos. Allí donde se genera actividad económica se generan rentas, por lo que aumenta el consumo de las familias, y a su vez se aumenta la recaudación impositiva tanto vía IRPF, por las rentas devengadas, como vía IVA por el consumo propiciado. Está calculado que a través de los impuestos recaudados por la actividad generada por la construcción retorna a la administración el 50% de la inversión realizada.

Pero como decíamos, esta solución no es nueva y no es momento de cometer errores que harían que las políticas económicas fuesen infructuosas. Así, ya en el pasado se ha utilizado con éxito en diversos países, entre ellos el nuestro, la construcción a modo de mecanismo contra cíclicoante economías en recesión. Ahora la propia Comisión Europea está trabajando en un plan de contingencia para esta crisis de 1,6 billones de euros centrados en inversión en construcción y en energías renovables.El gobierno de Londres consignó en noviembre de 2018 una inversión de 676.000 millones de euros en infraestructura en la próxima década, es decir, unos 67.000 millones al año (y esta previsión es muy anterior a que el covid-19 apareciera en nuestras vidas).Por su parte, el ministro de Infraestructuras de Portugal también ha informado en el Parlamento luso el pasado 29 de abril sobre un programa de inversión pública para lanzar la recuperación tras la Covid-19.

¿Dónde invertir? Hoy en día nadie discute (hubo quien sí lo hizo) la rentabilidad de la autovía A-5, de la autovía A-66, del Plan Badajoz, etc. Extremadura, ha visto como la inversión en regadíos ha sido generadora de actividad económica, de riqueza y de fijación de población (que viene a ser el mejor termómetro de crecimiento económico). No en vano, no es casual que las zonas de Extremadura que no experimentan un retroceso demográfico sean las zonas regables. Junto con esto, desde Extremadura debe defenderse la construcción cuanto antes del corredor ferroviario entre Madrid y Badajoz. Transportes, regadíos y ciclo integral del agua, con mención especial a la depuración de agua (donde el Reino de España sufre ya importantes sanciones de la Comisión Europea por no cumplir con los requisitos derivados de la Directiva Marco del Agua), sumado a los esfuerzos que ya se están haciendo de modo importante en energía fotovoltaica pueden ser interesantes campos donde dirigir nuestros esfuerzos. Todas estas medidas ayudarán, además,a facilitar la tan necesaria industrialización de nuestra región.

A ello se añade que la evolución de la licitación pública en España ha caído desde el año 2008, pues en la práctica se hizo que los recortes viniesen por el lado de la inversión. En la siguiente gráfica, tomada de la asociación de grandes empresas españolas de construcción e infraestructuras, se puede comprobar el brusco y profundo descenso en la licitación de infraestructuras en los últimos doce años:

Si en vez de observar a las licitaciones de obra nueva, se gira la vista hacia el mantenimiento y conservación de las infraestructuras existentes,el déficit inversor de los últimos años, desde la crisis del 2008, también ha sido demasiado grande, conduciendo a un silencioso pero progresivo deterioro de muchas de nuestras infraestructuras. En este sentido, en 2019 la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos ha realizado un informe muy detallado (Las Obras y Servicios Públicos a Examen. España, Informe 2019) acerca de la situación de las infraestructuras en España, siguiendo la metodología aplicada en Estados Unidos por la ASCE (American Society of Civil Engineers) del que se desprendía la necesidad de una importante financiación para paliar los efectos de la falta de inversión de los últimos años. La cifra en la que se cuantificaba esta inversión en España era de 18.300 millones € al año durante los próximos 10 años, que viene a ser una inversión en torno al 1,45% del PIB español (en lo que respecta únicamente a la conservación de las infraestructuras existentes).

Como conclusión de todo lo expuesto, desde la Demarcación de Extremadura del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos consideramos de la máxima necesidad social el que se acometa un plan de inversión en infraestructuras muy ambicioso que sirva como medida de respuesta y palanca de cambio para contrarrestar eficazmente los duros efectos de la crisis económica en la que nos adentramos. Ésta es la línea que propugnamos tanto en Extremadura como en el conjunto de España. En este sentido, creemos que el primer paso a dar es, tan pronto se pueda,el lanzamiento de todas aquellas licitaciones que están pendientes o paradas en estos momentos y que a ello le siga la muy rápida elaboración y puesta en marcha del mencionado plan de inversión en las infraestructuras de titularidad estatal, autonómica y local, con especial orientación ala optimización de los recursos, el despliegue de las nuevas tecnologías y el fomento de una economía sostenible.La ingeniería de caminos, al igual que el resto de las ingenierías, sabrá aportar y adaptar sus conocimientos, profesionalidad y entrega, poniéndose a disposición de la sociedad para tal fin.

Firmado: la Junta Rectora de la Demarcación de Extremadura del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos