Carta Abierta, ese el título que le he dado. También se podría haber llamado esta columna, "¿Cómo lo hacemos, Paco ?" Pero no era cuestión de ser tan crípticos desde el título. Desconozco si esto de las cartas abiertas se estila por esta casa, pero el caso es que me apetecía escribir estas líneas a cuenta de un reciente articulista de este diario, El Periódico Extremadura. Y aprovecho: un buen fichaje, por cierto.

Si no me equivoco, el martes pasado Paco Hurtado, Concejal del Ayuntamiento de Cáceres por el partido socialista y con una larga carrera en el mundo asociativo y político (pese a su juventud) escribía un artículo llamado "La Extremadura que sueño". "La Extremadura que sueño".Columna que reconozco me interesó en un primer momento, para después intrigarme y mover a reflexión acerca de su contenido. Y eso será lo que leerán en las siguientes líneas. No creo que deba justificarme ni extenderme en el porqué de esta breve carta, pero sí reconozco que si doy el paso de una forma --digamos-- "pública" es, al menos, por tres razones: una, porque conozco a Paco desde que éramos niños, amigo de la infancia de mi hermano y compañero de pasillos y aulas. Creo que puedo afortunadamente contarlo como amigo, y las pocas (o ya muy pocas) veces que nos encontramos siempre tengo un agradable rato con él y las divergencias de opinión que haya habido nunca se han convertido en discusiones; dos, porque lo aceptará de buen grado.

Es importante que se sienta aludido y no interpelado, respetado y no cuestionado, por eso parto del convencimiento que esto lo leerá (si lo hace) desde el fair play; y tres y última, porque desempeña un cargo público y sus palabras acerca de la gestión de los recursos públicos, por tanto, pueden ser objeto de un mayor escrutinio que, sin ir nada lejos, las mías. Como ven, razones que son tan propias como innecesarias de conocer por los demás para seguir los siguientes párrafos. Pero nunca sobra el "contexto" de cualquier texto.

XEMPIEZO.x Y lo hago dejando, conscientemente, de lado que se escribe desde una militancia política. La que sea, no creo que condicione tanto. Y abro, igualmente, siendo consciente de que la columna de Paco no era una "hoja de ruta" ni una concreción de propuestas. Es más una declaración programática, de lícitos anhelos. Lo único que voy a hacer es permitirme concretar lo que allí se plasma. Porque, sinceramente, considero de muy difícil realización lo que allí se pide. Y creo, además, que no debe alentarse a los ciudadanos a perseguir objetivos ahora que no sean realistas. No se trata de pensar sólo a corto plazo, fuente segura de fracasos, pero tampoco en alejarnos del día a día o buscar metas que no vayamos a lograr.

Porque prácticamente todos los objetivos que desgranas parten de la premisa de una mayor necesidad de fondos públicos. Fondos que, ahora mismo y durante bastantes ejercicios, no van a existir. Porque van a ser limitados. Sostienes la idea de una mejora (o incluso) de la creación de nuevas infraestructuras. Lo que, desgraciadamente, viene a ser igual: más recursos públicos. Centros, Palacios, y demás edificios se han demostrado de dudosa o nula utilidad, porque se crearon sin haberlos dotado de contenido previo. Y los recursos con los que cuenta la Comunidad o el Ayuntamiento nacen únicamente de los contribuyentes, de sus impuestos y de su consumo. Por ello, ahora mismo, sería más que cauto en hablar de "más" sino racionalizar lo que ya hay. Y eso, aún, no lo he visto.

Convendrás en que el empleo es un problema vital en Extremadura. Pero sabes, como sabía el gobierno anterior y conoce el actual, que sea el sector público quién cree puestos en la región es pan para hoy y hambre para mañana. Intentar crear trabajo a golpe de ley y decreto vuelve a ser lo mismo: consumir recursos públicos sin generar riqueza sostenible. Las becas, el copago, la cultura... coincido contigo en que son derechos. Sin duda, y por ello, debemos asegurarnos que hay un acceso a los mismos. Y eso pasa por priorizar gastos, por evitar fraudes y por cercenar, de una vez, la cultura de la subvención y de acudir a lo público como objetivo final. ¿Igualdad? Sí, pero café para todos, no. Por eso, echo de menos la planificación de un adecuado sistema fiscal. Y del apoyo al empresario, que proveerá -mejor que el sector público- de muchos de esos derechos si se incentiva que pueda crear puestos de trabajo.

En el fondo, Paco, no somos tan dispares. No veo mucha diferencia entre escribir desde la Torre del Bujaco a hacerlo desde el Foro. Puntos de vista, nada más. Un cordial saludo.