TQtué hace un crucificado como yo en un sitio como ése? ¿Por qué tengo que soportar las soporíferas sesiones sobre la ronda norte o sur, si mi reino no es de este mundo? ¿Qué me importa si los imbornales no están limpios y expeditos? Además, y es lo que más me preocupa, que alguien pueda pensar que por el hecho de estar colgado de una pared (¿no les da un poco de vergüenza...?) yo soy una especie de bendecidor oficial de todo cuanto allí se acuerda. De ninguna de las maneras. Yo estoy en total desacuerdo con esa imagen y en la cruz. No olviden que mi muerte fue un asesinato de esos de, entre todos lo mataron y él solito se murió. Porque lo mío fue eso, un asesinato, y no sé qué retorcidos pensamientos produce mi crucifixión, que se me lleva y se me trae, y encima se me cuelga en un salón noble de un ayuntamiento. Es más, me gustaría, y es la primera vez que lo manifiesto, que dejárais todos de sobrecogeros con mi imagen, que para nada me reconozco crucificado. Este es un tema muy escabroso y debiera haber habido ya alguna respuesta de mi Padre, a estos paseos en que me veo involucrado todos los años, que hasta creo que existe una imagen de un negro que le pasó lo mismo que a mí. Sería preferible que no siguieran muriendo tantos inocentes, que son como cristos desconocidos. Pero donde indudablemente no debo estar es presidiendo las reuniones de una corporación municipal. No es el sitio. Búsquenme otro si tanto atractivo tengo crucificado en ese mismo ayuntamiento, del que no reniego. Pero donde no me gusta nada es colgado de una pared, y menos junto a Franco y a José Antonio. Tampoco junto a los reyes españoles, que yo los quiero mucho, pero no es eso. Hagan un esfuerzo y no me crucifiquen más. Yo soy un perdedor. Y de Mel Gibson, prefiero no hablar.

*Escritor