Hace unos días, navegando por la red, encontré una carta de un jefe de Estudios de la comunidad escolar extremeña, dirigida a un padre que, cuando su hijo suspende hasta el recreo , acusa a los profesores de tenerle manía al niño y a decir que el profesor particular no entiende por qué lo suspenden en el cole, cuando el niño se lo sabe todo muy bien...

He intentado maquillar el famoso escrito que circula por internet, para su mejor comprensión por parte de los lectores de su periódico: "Estimado padre XY: Por lo que me dice en su carta de ayer, da la impresión que estamos ante un clarísimo caso de niño inmaduro que ha encontrado la manera de chantajear emocionalmente a sus papás y manejarlos a su antojo, y ustedes son tan cándidos que no solo le creen todas las fabulaciones y quimeras que les cuenta su hijo, sino que además son capaces de minar la autoridad del profesor con tal de no ponerle límites. Tendrán que reconocer que dimitieron hace tiempo y que no están dispuestos a asumir ningún sacrificio por la educación de su criatura. Con esa despreocupación están contribuyendo a crear una persona insegura, intolerante al fracaso, tiránica, y caprichosa.

En fin, ustedes verán, pero si siguen consintiéndole absolutamente todo a su hijo, ninguneando a los profesores y minando su autoridad, eso tendrá sus consecuencias, pues en esta vida, al final nada sale gratis. Y tenga por segura una cosa: yo a su hijo le dejaré de ver (Dios mediante) dentro de cuatro o cinco años como máximo, pero usted lo va a tener en casa apalancado frente al televisor el resto de su vida. ¿A que no ilusiona esa perspectiva?

Sin embargo, lo que más me preocupa es que usted piense que yo soy igual de manejable y que su hijo piense que es capaz de manipularme tanto como a usted. La respuesta es no. A diferencia de usted, veo el problema de una manera más objetiva. Desgraciadamente, son bastantes casos (parecido al de su hijo) los que han pasado por el aula durante estos últimos años. Así que, por favor, si no está dispuesto a colaborar con la institución educativa, déjennos en paz usted, su mujer, su hijo, el profesor particular de su hijo y la colección de incongruencias con las que me viene asaltando desde hace seis meses. En otras palabras: ¡Póngase las pilas!

Atentamente: El jefe de Estudios".

Teófanes Galán Sánchez **

Badajoz