MARIONETAS DEL CAPITAL

¡Música, maestro!

Ángel Morillo Triviño // Castuera

¡Ay! si me quisieras lo mismo que yo/ Pero somos marionetas bailando sin fin/ En la cuerda del LADR…, amor. Sí, la canción es de los años 60 (1967, concretamente) y la cantó Sandie Shaw descalza y guapísima en el festival de Eurovisión de ese año ganando el certamen.

Pues bien, lo que está ocurriendo en Cataluña es como una canción, «que cantan cuando naces y también en el adiós», según otra triunfadora, en este caso española, de Eurovisión el siguiente año 1968 en Londres; donde, por cierto, Serrat no fue el intérprete porque quería cantar en catalán (como nos cambian los tiempos, de haber sido ahora…).

Así pues, cada día que pasa, un fárrago a cargo de un político catalán y otro a cargo del círculo del Gobierno de la Nación nos atormentan con sus «cánticos». Sus dimes y diretes son como canciones mal compuestas y de una música horripilante, que dicho de paso, es algo peor qué horrible. Músicas celestiales, en cambio, para el gran capital, y para el sin fin de saqueadores que tanto de Cataluña como del resto del país están celebrando, supongo que con cava (no de Almendralejo, tan bueno como el catalán), eso del «a río revuelto…».

De la noche a la mañana, las casi totalidad de empresas del Ibex han cambiado su sede y han conseguido que el presidente de la Comunidad catalana tenga que recular incluso sin el consentimiento de esa formación llamada CUP que se asemeja al diablo (es un decir), pero que pinta menos que un pastel en la puerta de un colegio. De modo que, para resumir, como dijo el sargento: «¡El que manda, manda; y cartuchos al cañón!».

El gran capital (el Ibex y compañía), ese que nos sablea cada año ¡90.000 millones de euros! solo de fraude fiscal, y que nos ha afanado otros ¡50.000/60.000 millones de euros! con el rescate bancario, ha hablado: ¡Hasta aquí hemos llegado! ¡Adeu! ¡Adiós! Y, como no podía ser de otra forma, todo el mundo a dar marcha atrás y calladitos. Ni República Catalana ni Artículo 155, ¡faltaría más!

Ni que decir tiene, que no pensarán, ni los del Govern ni los del Gobierno, que nos vamos a tragar ese sapo «metemiedos» de las declaraciones, de antemano inconclusas, de unos y de otros. Aquí manda quien manda, y los demás (Gobierno de España o de cualquiera de sus CCAA), como muy bien interpretó Sandie Shaw: Son marionetas bailando sin fin en la cuerda del LADR…., amor.