ENTIDADES BANCARIAS

Unos horarios poco prácticos

Antonia López // Administrativa

Cuando vamos a un comercio a comprar nos gusta que nos atiendan correctamente, que nos informen bien y que podamos pagar cómodamente. Pero cuando nos acercamos a nuestro banco por las tardes y no podemos realizar los trámites que necesitamos, a mí, particularmente, me provoca frustación. A los que trabajamos todo el día se nos hace imposible ir al banco, a no ser que pidamos fiesta. El banco no deja de ser un comercio que intenta venderte sus productos, y más ahora, que con el desastre de las preferentes y las deudas subordinadas hicieron el gran negocio estafando a miles de pensionistas que perdieron sus ahorros, por lo que se ha esfumado la imagen del profesional de banca que te asesoraba honradamente. Lo que tenemos ahora es un perfil de comercial puro y duro, que van cambiando de oficina para que no empatice demasiado con el cliente.

Por otro lado, me parece indignante que para acceder a tu dinero, fuera del horario de la mayoría de las entidades bancarias, tengas que resignarte a sacarlo de la máquina en plena calle, con el peligro de que alguien te pueda robar. En el supuesto de que ocurriera, la responsabilidad sería del cliente, lo cual tampoco me parece demasiado correcto, pues la entidad te obliga a acceder a sus servicios en un lugar público, por lo que entiendo que la responsabilidad tendría que ser de la entidad.

CRISIS EN LA DERECHA

La terna del PP

Javier Sanz Ridruejo // Madrid

Es una tragedia para la democracia, que pediría una alternativa reequilibradora a la izquierda. Porque los tres aspirantes a remediar el gran batacazo del PP representan al máximo el «cambiar para no cambiar», el «sostenerla y no enmendarla». Santamaría es, incluso legalmente, la «vice-Rajoy», del que no se ha diferenciado nunca ni un milímetro, ni siquiera en su común fracaso con Cataluña.

Cospedal encarna la continuidad del peor aparato, repudiada ya antes que Rajoy como presidenta en Castilla-La Mancha por su feroz crueldad: «¡Ladrona, que robas a los pobres para dar a los ricos!», como le gritó una anciana.

En cuanto al candidato clásico, Feijòo, la foto de sus vacaciones con y en la barca de un narcotraficante muestra la profundidad de su corrupción (y muy ignorante sería el que creyera que él ignoraba con quien se embarcaba); aparte de que el resto de los españoles tenemos derecho a desear otras alternativas al estilo gallego de gobernar que ha predominado tanto y tan cuestionablemente en los últimos ochenta años.