ARMAMENTO

Crear empleo para destruir vidas

Pepe Beunza // Jubilado

Estuve en el paro durante la crisis del 82, no había trabajo de nada, tenía una hija pequeña y no había ayudas sociales. Sé lo mal que se pasa y no lo olvido. Si hablamos de puestos de trabajo, hay que explicar muy bien a qué nos referimos. Hay puestos de trabajo que crean riqueza y otros que la destruyen. Por ejemplo, los accidentes de tráfico crean puestos de trabajo y consiguen avances en cirugía y traumatología, pero a nadie se le ocurriría defender los accidentes de tráfico por estos motivos. Lo mismo pasa con la guerra y la venta de armas. Crea, aparentemente, puestos de trabajo, pero destruye la vida. Sin embargo, vale la pena estudiar el tema desde el punto de vista económico, pues hay trampa y la realidad es que son industrias que se mantienen a base de subvenciones estatales y que además destruyen puestos de trabajo.

En un magnífico escrito del 2011, Xavier Bohigas nos explica que ya en 1961 el premio Nobel de Economía Wassily Leontief demostró que la reducción del gasto militar provocaría una reducción de puestos de trabajo en este sector, pero que crearía el doble en otros sectores. También nos explica Bohigas en un trabajo del 2007 de Robert Pollin y Heidi Garret, del Departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts, que si en EEUU se invirtieran 1.000 millones de dólares en diferentes sectores, militar, educación, sanidad, transporte público o infraestructuras, el resultado sería abrumador. En todos los sectores se generan más puestos de trabajo que en el sector militar. En sanidad o rehabilitación de viviendas se generarían un 50% más de puestos de trabajo, pero en educación o en transporte público más del doble. Son transformaciones que no se hacen de un día para otro, pero es necesario empezar cuanto antes.

INTERNACIONAL

El fin del hambre

Pedro Feal // La Coruña

El último informe de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición en el mundo desvela que, por tercer año consecutivo, el número de personas desnutridas aumenta en la Tierra, llegando ya a un total de 821 millones. La FAO apunta a tres causas: las guerras, las crisis económicas y los fenómenos climatológicos extremos. Por otra parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU solicitó 9.100 millones de dólares y solo ha recibido 6.800 para paliar las hambrunas. Para lograr este fin es preciso detener el calentamiento global con medidas efectivas; rebajar la tensión bélica y reducir la producción armamentística, así como corregir los grandes desequilibrios norte-sur y frenar la explotación del Tercer Mundo.