DISCAPACIDAD

Enfermos mentales que duermen en la calle

Santiago Ortiz // Córdoba

Escribo sobre las personas con discapacidad de orden mental que son tuteladas por fundaciones privadas financiadas por las comunidades autónomas y cuyos tutelados, por carencia de medios o por dejación de funciones en su tratamiento psiquiátrico, duermen en la calle. Justifican esta situación a través del texto de la Organización de las Naciones Unidas Convención sobre los derechos de las personas discapacitadas, publicado en España en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en el 2008, y que contraviene el abandono de enfermos mentales en la vía pública sin la atención especial que precisan y que son discriminados institucionalmente. En el preámbulo del texto aparecido en el BOE del 21 de abril del 2008, se habla claramente de la promoción y la protección de personas discapacitadas, incluidas aquellas que necesitan un apoyo más intenso, en condiciones de igualdad y también de la preocupación para que no se vulneren sus derechos humanos. También se aborda en el preámbulo el apoyo a las familias, para que puedan gozar plenamente de sus derechos. En el artículo 1 se equipara la exclusión con la discriminación, por lo que todas las fundaciones tutelares que tienen a enfermos mentales en exclusión social están contraviniendo la Conferencia de Nueva York de las Naciones Unidas. Así como incumpliendo también el artículo 3, al consentir que estos discapacitados no tengan autonomía personal al dormir en la calle.

El goce del derecho humano a la vida en igualdad de condiciones con el resto de las personas se cita explícitamente en el artículo 10, por lo que tener a enfermos durmiendo en la calle amenaza sus vidas y es un atentado contra los derechos humanos por parte de todas las instituciones que lo consienten. También se incumplen los artículos 15 y 19, donde se dice que los discapacitados no tendrían que sufrir tratos degradantes. Y no es necesario decir que vivir en la calle lo es, y que estas personas tienen derecho a vivir incluidas en la sociedad.

UN DERECHO

Quiero votar

Nuria Blánquez // Vicenza (Italia)

Me dirijo a ustedes para pedir ayuda por la injusticia que los españoles residentes en el extranjero sufrimos desde hace algunos años, concretamente desde que acabó el Gobierno de Zapatero. Nos mandan la documentación para votar, pero al momento de tramitarlo no funciona o no nos lo permiten. En esta ocasión me indicaban que la solicitud estaba fuera del plazo, cuando la cursé antes del plazo límite, que era el 30 de marzo. Otras veces he expresado mi desilusión al no sentirme ciudadana de ningún país. En Italia, donde vivo, no puedo votar por ser española y en España me lo impiden a base de estúpidos obstáculos burocráticos.

Hago público este problema para que se me garantice el derecho democrático que me pertenece.