ELECCIONES GENERALES

Las quejas de la juventud

Laura Suero Moreno // Badajoz

El 28 de abril son las elecciones generales. Queda menos de un mes para ese domingo y lo único que veo en las redes sociales son pobres mensajes que incitan al odio (desde la llegada del populismo todo lo referido a la política se ha convertido en un conflicto demagógico de bandos enfrentados), acompañados de pérdidas de respeto con tal de exaltar la ideología de uno mismo, conductas que llevan al dogmatismo absoluto, al crecimiento efervescente de los que son fieles a limitarse a lo que escuchan, en lugar de informarse por sus medios. Populismo.

Más que el resultado de las elecciones, me da miedo el carácter que está adoptando la mayor parte de la población y que el odio haya causado su efecto: ser la ambrosía caída en las fauces de aquellos que ya la tenían abierta por estar bostezando o gritando lo que oían en sus cenas de navidad. Independientemente del desenlace electoral, creo que lo primordial es recordar que vivimos en una democracia.

Una democracia que al surgir dio un lugar a los comunistas en la cámara después de haber sido silenciados durante 40 años, en la que compartieron espacio Fraga, Carrillo, Felipe González, Suárez, Tierno Galván y Pujol. Una democracia que es un arma de doble filo, pero con la que se consiguió el consenso y el respeto. Y la estáis rompiendo. La política no es un partido de fútbol en el que tengas que odiar al de al lado y celebrar tu victoria con desprecio al rival. La política es la herramienta que tenemos para avanzar en los diferentes campos culturales, educativos y científico-sanitarios. Espero entonces que, una vez que vayan saliendo los resultados de las elecciones no convirtáis la fiesta de la democracia en un partido Madrid-Barça por redes sociales.

POLÍTICA

Chivos expiatorios

Anastasio López // Barcelona

Desde que los demonios ya están encerrados en la profundidad del infierno han aparecido unos nuevos chivos expiatorios para cargar con el resultado de nuestras decisiones y responsabilidades: los políticos. Por lo visto, no hay corruptores, las puertas giratorias no tienen dueños, las calles se ensucian solas, el medioambiente se ha vuelto loco, la movilidad se ha trastornado sin saber por qué... Nosotros, con depositar una papeleta en una cajita mágica, ya hemos cumplido y creemos que nuestros problemas deben resolverse de inmediato. Asimismo, los políticos no se nos parecen, siguen extrañas formas de vivir y comportarse, y deben haber venido de otro planeta: no son como nosotros, no. Recordemos lo que dijo el escritor y filósofo José Luis Sampedro: «No hay democracia sin demócratas».