ACTIVIDADES EN EL COLE

Los patios divertidos de los Maristas

Pilar Guillén Sánchez // Badajoz

Soy Pilar Guillén Sánchez del colegio Marista Nuestra Señora del Carmen de Badajoz. Le escribo esta carta para informarle, y su vez, informar a otros centros educativos, de la gran variedad de actividades que realizamos en nuestro colegio en las que se trabajan temas importantes que nos servirán en el futuro.

Empiezo nombrando una actividad que llamará mucho la atención a los lectores, los «Patios divertidos». En esta actividad, los alumnos de sexto tienen el papel de monitores, mientras que nuestros compañeros de tercero y cuarto se divierten jugando a juegos organizados por el Equipo de Orientación.

Todos los participantes de sexto asistimos previamente a una formación sobre la organización y cómo debemos llevar a cabo nuestro papel en la actividad. ¿Por qué nos gusta esta actividad? Porque nos gusta fomentar actividades en las que todos los niños puedan jugar, favoreciendo el desarrollo de sus competencias sociales y así, mejorar la convivencia.

Una de las cosas más importantes que tenemos en nuestro colegio son los Grupos de Vida Cristiana (conocido por Grupos de Amistad). En esta actividad, mantenemos reuniones en las que alumnos de 2º de Bachillerato son nuestros animadores, supervisados por sus coordinadores. Para mí, estar en los Grupos es una de las mejores decisiones que he tomado nunca ya que me ha ayudado a conocer a muchísima gente. Todas las excursiones y acampadas que hacemos convierten a los grupos en uno de los mejores recuerdos que uno puede tener e incluso hace que te emociones cuando piensas en cada momento que has compartido con una persona que antes no conocías de nada y ahora es una de las personas más importantes de tu vida.

La colegiada, la excursión a San Isidro y la acampada a Salva León siempre serán un feliz recuerdo que nunca olvidaré.

Memoria de almoharín

Sánchez Olivera

Juan Pedro Rodríguez // Badajoz

Este viernes Cáceres acogió el congreso internacional de exilio extremeño. Se habló de muchas personas, hombres y mujeres, unos más conocidos y otros menos. Yo hablé de Manuel Sánchez Olivera, nacido en Almoharín y fallecido en París en 1996 en el exilio. Manuel fue prisionero de los nazis en Dachau, entre otros lugares, donde coincidió con mi tío-abuelo Isidro Sánchez de Madroñera, y José Domínguez-Calvo de Cabeza del Buey. Los tres, republicanos españoles y miembros de la resistencia, sobrevivieron y recibieron honores y medallas al otro lado de los Pirineos.

Manuel estuvo a punto de perder la vida pero al contrario que a otros el destino le sonrió y pudo rehacer su vida. Creo que ahora es momento de que también se le reconozca en Almoharín. Manuel, Isidro y José son historia, memoria viva de sus pueblos y de Extremadura. Para prueba el congreso del viernes. Porque en cosa de reconocimientos, más vale tarde que nunca. Y los hijos de los tres están vivos.