SOCIEDAD

Si algo está mal, luchen para que deje de ser así

Ivette Mas // Estudiante

Repasando las redes sociales, topé con la imagen de un hombre echando su papeleta en la urna electoral mientras tiraba con dureza de la correa del cuello de un galgo. ¿Es que no vamos a evolucionar nunca? Le miro y veo a alguien que no ha madurado y que para reivindicar sus creencias necesita pisotear las de los demás porque así cree que funciona: si te hago pequeño a ti, yo me sentiré más grande. Y las cosas no van así.

No podemos pretender que todo el mundo tenga nuestra misma mentalidad. Entonces me fijo en el fondo de la imagen y veo a dos mujeres mirando hacia otro lado, que aquí no está pasando nada, y si este perro lo está pasando mal, por mucho que me gusten los animales, yo no puedo hacer nada. Y eso es mentira. Hasta que no empecemos a tomar conciencia de que el cambio está en nosotros, en las pequeñas acciones del día a día nada va a cambiar. Desde el respeto. Siempre desde el respeto. Pero nunca callarse.

Si algo está mal, díganlo, grítenlo a los cuatro vientos, luchen para que deje de ser así, pero no miren hacia otro lado porque haciendo eso se convierten en cómplices. Si ven una injusticia y la ignoran, la están aprobando, permitiendo que ahí se quede y que siga existiendo. Alcemos nuestras voces cuando algo está mal, sin miedo, contra todo pronóstico de que «calladitos estamos más guapos». No, calladitos no estamos más guapos. Estamos guapos luchando por los derechos de los animales, de las mujeres, por parar el cambio climático, ayudando a los refugiados, a las personas que sufren en Venezuela, a los que no tienen donde dormir... Reevolucionemos y rompamos esquemas sin miedo a lo que los demás digan.

LABORAL

Despidos y cáncer

Gemma Manchión // Barcelona

Deseo aprovechar este espacio para mostrar mi alegría por los avances que se van logrando en la detección, tratamiento y hasta curación del cáncer, enfermedad que todos sufrimos, en primera persona o bien en familiares cercanos. Sin duda son un soplo de aire para los que la padecen y sus familiares. Cada vez son más los casos y variedades que se diagnostican. Además, no es una enfermedad que afecte solo a algún órgano del cuerpo, también afecta, y mucho, al ánimo y al estado psicológico del enfermo. Se han creado muchas organizaciones y fundaciones para dar apoyo, asesorar y acompañar a los enfermos y sus familias. Sin duda, resultado de un gran altruismo. Y ante esto, ¿dónde está la ética de algunas empresas? ¿Dónde existe una ley que proteja a estas personas que, aludiendo cualquier otro motivo, son despedidas de sus puestos de trabajo? Despedir a una persona que está de baja dice muy poco de sus empleadores, pero despedirla cuando su baja es causada por una enfermedad grave, que en sí misma y psicológicamente requiere una aceptación y adaptación, es carecer completamente de humanidad.