INVESTIDURA

Honradez, seriedad y compromiso político

Alejandro Prieto // Oviedo

Contemplado con una mirada de inocencia y equidad, la negociación respecto al reparto de concejalías, consejerías o ministerios entre distintos partidos políticos que pretenden sellar una alianza o coalición de gobierno debe, por un lado, sustentarse en una plataforma de proyectos cuyo denominador común sea el bienestar general; y por otro, estar guiada por criterios de racionalidad y proporcionalidad. ¿A qué responde exigir la dirección de una superficie de terreno político que desprecia la relación de votos obtenidos en las urnas? No es fácil explicar, y mucho menos entender, la teoría política donde se señala que el valor 0,5 equivale a 3. La cosa no está para ambiciones ni disputas partidistas ajenas a los intereses de una ciudadanía que demanda honradez, seriedad y compromiso político para no retroceder o quedar atascados en una realidad con múltiples problemas sociales, sino para dar pasos a favor de la cohesión y la prosperidad común.

MEDIOAMBIENTE

Fumar en la playa

Jesús Sánchez // Albacete

En los meses más concurridos del verano se debería ir pensando en prohibir (o habilitar zonas específicas para ello) la costumbre de fumar en nuestras playas. Hace unos días decidí ir a disfrutar de un buen baño en el mar Mediterráneo y en la sombrilla de al lado había una pareja de fumadores empedernidos que cuando terminaban un cigarro ya encendían el siguiente. El aroma del Ducados, junto con la brisa del mar, no era muy saludable que digamos. La próxima vez me lo pensaré, pues la polución no solo está en las grandes ciudades, también en las playas.

SOCIEDAD

Desidia, mala y praxis

Emili Roca // Barcelona

Si a las palabras desidia y praxis les unimos mala, concluimos que la sociedad en general está perdiendo el sentido del afecto y la responsabilidad. El cambio social se está acelerando, cada día hay más ricos y más pobres, y la única obsesión es acaparar dinero; la clase media ya no existirá, habrá quien produzca riqueza y quien la acapare, pero no quien consuma.

Nadie se da cuenta, su única obsesión es despedir a los trabajadores y firmar contratos basura. Se programan huelgas para fechas en que las sufren los ciudadanos y no entienden que, al final, los perjudicados serán los propios ejecutores de estas. Entonces descubres que la desidia es la falta de interés en atender las necesidades cotidianas. ¿Y la praxis? La aplicación práctica del trabajo que sabes hacer unido a la teoría. Si a ello le añadimos la palabra mala, veremos que algo falla.