BIEN COMÚN

Hombres de Estado o políticos al uso

Cristobal Bueno Jiménez

Badajoz

En estos difíciles y complicados momentos que estamos atravesando, en relación con los próximos comicios a celebrar en nuestro país, y en el que los políticos de un signo y de otro, son incapaces de ponerse de acuerdo para gobernar y solucionar los problemas de los ciudadanos, parece evidente que gran parte de lo sucedido últimamente, se debe a la escasez de auténticos hombres de estado o estadistas, abundando por el contrario, políticos partidistas. Se podría afirmar que, no todos los políticos son estadistas, si bien todos los estadistas son políticos. Las diferencias entre ambos son evidentes. Los estadistas controlan no solamente el Estado, sino también otros poderes como el legislativo o el ejecutivo. Los estadistas además de tener virtudes como la honradez o dignidad, son portadores de conocimientos y experiencias suficientes en todo lo referente a la «cosa pública» y en definitiva del Estado en el que vivimos, asumiendo su responsabilidad mediante la aplicación de sus ideas,tratando no sólo de defenderlas sino de gobernar, pensando siempre en el bien común, por encima incluso de su filiación política o partidista. El estadista es frecuentemente incomprendido ya que se ocupa de cuestiones, cuyo objetivo final se logrará a largo plazo, en tanto que en la mayoría de los políticos abundan las descalificaciones e insultos con el fin de defender sus escasas ideas y posturas ante el contrario y cuya principal ocupación y preocupación es conseguir por todos los medios, que sus fines se logren en el menor tiempo posible. Se puede afirmar, rememorando las palabras de Bejamín Disraeli, primer Ministro de Inglaterra, cuando indicó: «La diferencia entre un estadista y un político es que, mientras el primero medita sobre las futuras generaciones, al segundo sólo le interesan las próximas elecciones». Teniendo en cuenta que, entre otros, nuestra sociedad necesita, no solamente buenos profesionales como médicos, abogados o ingenieros, son precisos igualmente buenos gobernantes y dirigentes políticos, que sean auténticos hombres de Estado con la suficiente habilidad y capacidad de solucionar aquellas situaciones difíciles, poniéndose de acuerdo con el resto de las formaciones políticas y teniendo como objetivo fundamental y prioritario, el bien común de los ciudadanos que además, es el fin para el que fueron nombrados.

CARTAS

No tiene quien le escriba

Julio Lozano Ramos

Madrid

Confieso que este fin de semana de agosto llegué un poco tarde al quiosco. Ya no quedaba mi diario, sino el más viejo, perdón, el decano de la prensa capitalina. Como es sano leer más de un diario (y yo lo hago siempre en Internet), lo compré. En una de las secciones más leídas (según las encuestas) constato que sólo reservaba el menor y peor lugar (el interior de la parte baja de página par) a una única carta de quien se quejaba del molesto acceso a una de las playitas de un pequeño y poco conocido pueblo. Ahora comprendo mejor por qué quedaba aún en el quiosco y por qué no tiene quien le escriba.