INFANCIA

Ver los recuerdos

José Antonio Barquilla Mateos // Huerta de Ánimas (Cáceres)

Evidentemente pasan cosas en el mundo continuamente que nos alejan de nuestra realidad, pero igual miramos atrás, o en nosotros mismos y nos vemos niños si nos fijamos en nuestras raíces más personales. En la memoria juego al aro, a burro, a los zancos, al escondite, y el tiempo huele a verano, a noche con luna. Y en los atardeceres con grillos, niñas jugando al corro de las patatas, cantando el romance de Maria de las Mercedes y hay una tristeza extraña alrededor del cerco de luz de una bombilla.

Son recuerdos que nos trae el programa ‘Lo que te rondaré’. Ahí volvemos a los juegos olvidados, a la infancia perdida, al ayer primero.

No es nostalgia para nada. No es volver como Proust en la novela ‘En busca del tiempo perdido’, sino que es doblar la esquina para asomarnos al ayer, eso que no vuelve, ni falta que hace.

Añorar es envejecer. Estar en el presente es vivir, pero es bonito revivir aquel tiempo que nos trae esos recuerdos de antaño que los coros y danzas de Extremadura nos acerca de forma tan profesional y tan exquisita.

Y ese otro programa llamado ‘Puerta con puerta’, es como asomarse a un pasado no muy lejano, cuando existía esa cordialidad entre las gente de los pueblos, esa cercanía, y todo era como más rural y más íntimo, sobre todo en las noches de verano, todas de misterio, silencio, a las puertas de casa, en sillas de anea, en poyos y umbrales, calles oscuras, de rollos, sin coches apenas, pero sólo estrellas y grillos, confidencias y cuentos de miedo.

No había televisión aún. Pero hoy quiero darle las gracias a Canal Extremadura, por acercarnos todas aquellas cosas tan entrañables a nuestros corazones.

Y desde luego muy agradecidas las personas de nuestra región, al escuchar esos instrumentos musicales, esas afinadas voces, ver esos bailes regionales, esas danzas coloridas tan bien elaboradas, y esas recreaciones de los juegos de las niñas y los niños de antaño.

Enhorabuena y muchas gracias.

SOCIEDAD

Como niños

Carmen Gil (Cádiz)

Hace años me publicaron una carta al director en la que hablaba de la censura en la literatura infantil. Explicaba entonces que no eran las editoriales las que la ejercían, sino la sociedad entera. Ahora esa misma censura se ha extendido al mundo de los adultos en todos los ámbitos. Las instituciones públicas, de manera paternalista, nos tratan como a individuos sin criterio, filtrando qué debe llegarnos. Y las series de TVE se empeñan en educarnos -¿adoctrinarnos?- explícitamente. Estamos asistiendo a un proceso de infantilización de la ciudadanía.