Cartas al director

Sin ayuda por estudiar

Juan José Conejo

Mollet del Vallès

Estoy desempleado, con un subsidio de 430 euros. El año pasado solicité la ayuda de la renta garantizada, pues reunía todos los requisitos. Me dijeron que tardarían seis meses en contestarme y que, en el caso de que mi solicitud fuera aceptada, no podría salir de Cataluña, pues tenía que residir aquí para poder asistir a los cursos de formación.

Recibí una beca del Ministerio de Educación para realizar un máster de especialización en la Universidad de Sevilla -especialidad que en Cataluña no existe- y pensé que podría realizarlo mientras decidían si me concedían o no la renta garantizada. Cuando faltaban tres meses para acabar el máster me la concedieron, pero estaba obligado a volver a Barcelona o me anulaban la prestación. Les pedí que me dejaran finalizarlo y que luego no habría ningún inconveniente en que me incorporaran a cuantos cursos de formación creyeran oportunos, ya que mi estancia en Sevilla era precisamente para formarme y tener más opciones de empleo. Me dijeron que no, que existía una normativa sobre eso y me anularon la prestación. Escribí al Síndic de Greuges pero nada: existía una normativa, me contestó.

Siento que mi comunidad autónoma me ha castigado por ir a formarme a Sevilla, pues mi estancia allí no era por turismo. No hubo ningún problema cuando me vi obligado a realizar el servicio militar fuera de Cataluña, ¿por qué ahora sí hay un problema si salgo de mi comunidad por motivos de formación? ¿Ustedes lo entienden? Yo no. Juzguen por ustedes mismos. Me gustaría que esta carta la leyera el actual presidente del Gobierno y me dijera qué opina.

MERCADO LABORAL

Máquinas que coticen

Miguel Fdz-Palacios Gordon

Madrid

Cada día se incorporan al mercado laboral cientos de robots industriales y máquinas inteligentes apropiándose de miles de puestos de trabajo y enviando a la jubilación anticipada y al paro a miles de asalariados. No hay que tornar al ludismo del siglo XIX y destrozar la maquinaria que destruye empleos, pero sí resolver esta imparable robotización, cuestionándonos qué tipo de sociedad anhelamos: una conflictiva, con legiones de parados sin cobrar prestación, u otra solidaria que implemente la polémica renta mínima garantizada para que las personas que no logren trabajo perciban un mínimo vital digno.