NECESIDADES

Carta a los Reyes Magos

Ángel Morillo Triviño - Castuera

Queridos Reyes Magos: Soy un niño que tiene diez veces siete años y un añito y medio más. No les quiero pedir ningún caballo de cartón ni ningún camión de madera. Tampoco quiero ningún «juguete» de esos que se utilizan para «perder el tiempo» con las redes sociales. No me interesa para nada Instagram, Twitter, VK, Snapchat, Whatsapp, ni por supuesto Facebook. Esos «juguetes» se los echan Vds. a la Asamblea de Extremadura para sus diputados -que ganan poco y tienen una enorme necesidad de ellos para desarrollar «su trabajo» entre Cardhu y Cardhu- y así nos ahorraremos los extremeños la friolera de cerca de ¡500.000 €! que, según parece, se va a gastar la política regional porque a los pobres diputados no les llega para adquirirlos…, ¡y son tan necesarios! Sólo hay que ver cómo está Extremadura gracias a las «redes sociales» de la Junta: Después de más de 30 años de régimen «sociocapitalista» basado en clientelismo y propiciado por la injusta Ley de D´Hont, casi medio millón (cerca del 50% de sus habitantes) son pobres relativos -el índice más alto del país- o están en riesgo de exclusión social. Los jóvenes se van (más de ¡21.000! en los últimos años) y los pensionistas tienen la media de pensión más baja del Estado.

No quiero pasarme la vida sobando una pantalla con los dedos ni escribiendo cualquier sandez que se me ocurra durante la mayor parte del día. Hay mucha necesidad en el mundo para pasar el tiempo y gastar el dinero en «todo lo necesario que no se precisa». Este año quiero pedirles algo que es lo más barato que se puede comprar: pan.

Sí, mis queridos Reyes Magos, rondando los mil millones de seres humanos no tendrán ni siquiera un mendrugo para llevarse a la boca durante estas, para ellos, en buena lógica, «fiestas paganas»; y millones de niños no soñarán con el caballo de cartón ni con el camión de tabla (mucho menos con tener un móvil para poder comunicarse ni con pertenecer a esas «redes sociales» que hoy absorben tantas tontas iniciativas de mucha gente) en esos centros de recogida tras haber perdido a sus padres y familiares por esas guerras inventadas por el establishment financiero para que no pare la industria armamentística (armas para las guerras, guerras para las armas, la industria perfecta), sólo pensarán si van a recibir, en una pausa de su ahoguío, una mísera ración de pan para «ser felices» por un momento.

Los españoles, por lo que se está viendo, y teniendo en cuenta lo que dijo Séneca de que «no hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige», vamos camino de tener que olvidarnos de los juguetes y pensar un poquito más en el pan. En 617.000 hogares ya no entra ningún ingreso y 2,6 millones de niños están en riesgo de pobreza, los reyes de la UE desarrollada. En Extremadura, si mal no recuerdo, ¡el 52,3% de los niños! (la tasa más alta de España, que tiene de media el 26,1%, o sea, prácticamente la mitad) están en riesgo de pobreza o exclusión social…, y, se supone, no tendrán ningún «juguete». Lo que no impide a nuestros políticos gastarse una pasta gansa en proporcionárselos a quienes sobradamente se los pueden pagar. Y, por cierto, si siguen muriendo 80 personas diarias por falta de asistencia y los niños no nacen porque sus padres no ganan para mantenerlos, pronto no harán falta Reyes Magos…, ni «Reyas». ¡Ni en España ni en Extremadura!