San Vicente,abandono político

Es injusto que la capital del corcho, uno de los pueblos con más futuro de esta Extremadura tan limitada industrialmente, retrase su crecimiento debido a políticos locales, más preocupados en atender las directrices del partido que las necesidades de su pueblo.

Los pueblos crecen cuando los medios que sus ciudadanos necesitan: buenas infraestructuras, servicios, atenciones..., acompañan su evolución. El nuestro, que carece en gran medida de todo eso, tiene derecho a ser más exigente, no en vano San Vicente genera un volumen económico anual cercano a los 16.000 millones de pesetas, gracias a su importante industria. ¿Cuántos millones de esos van a las arcas extremeñas? ¿Cuántos se reinvierten en nuestro pueblo?

Nuestras carencias en todos los terrenos son palpables:

Vías de comunicación pésimas, pobres carreteras y prácticamente sin tren. No contamos ni con hotel ni con residencia para los mayores.

La sanidad: falta de especialistas permanentes y medios adecuados. Los repetidos cortes de luz para una industria que depende de esa seguridad.

No tenemos ni oficina agraria, ni oficina del Inem, ni escuela de FP, ni universidad popular, ni radio, ni parque de bomberos..., ni tan siquiera salimos en los periódicos.

San Vicente no puede seguir siendo el barrio obrero de las dos comarcas colindantes, Valencia y Alburquerque, a cambio de perder el crecimiento de su población, cada vez somos menos habitantes y de depender en la práctica totalidad de los servicios que nos prestan los pueblos vecinos.

Ahora, cara a las elecciones municipales, se nos ha construido un pabellón multiusos, en tiempo récord y con dinero extra. ¿Se nos querrá demostrar aquel dicho antiguo de que las penas con pan son menos penas ?JOSE JUAN CUÑO MARQUEZSan Vicente de Alcántara

Accidentesde tráfico

Son miles las familias destrozadas y millones de personas que lloran la pérdida de un ser querido a causa de los accidentes de tráfico, que hay que sumar los 55 muertos de la Inmaculada, y los 41 del fin de semana siguiente, además de un montón de heridos, algunos con unas consecuencias peor que perder la vida, un precio totalmente desorbitado para celebrar un día de fiesta; tragedia ya crónica que la sociedad se ha visto obligada a vivir con ella con total resignación. El endurecimiento de las sanciones y más severidad en los exámenes no ha sido tan satisfactorio como se esperaba, pero ha servido para señalar que tener miedo, conocer perfectamente el código de circulación y maniobrar con pericia el coche, no es suficiente para evitar tanto desastre. Hay carreteras tercermundistas pero en general la red nacional es pasable, por lo menos nunca había estado así, y la seguridad y calidad de los vehículos está avalada. Aunque cueste aceptarlo, la triste y cruda realidad indica que la principal causa es el factor humano. Haría falta para intentar poner remedio una extensa campaña de divulgación, para hacer comprender la causa que los estudiosos de la mente y comportamiento creen el porqué algunas personas al sentarse al volante, no se comportan con la misma mesura que acostumbran en los otros quehaceres.EMILIO PUIG PARCERISA. Badajoz

¿Para cuándolas dimisiones?

¿Con qué ética piden los señores del PP dimisiones cuando en sus filas nadie ha asumido aún su responsabilidad, habiendo una larga lista: Fraga, Matas, Cascos, Rajoy, que además de no asumir su responsabilidad miente descaradamente perdiendo el respeto no sólo a los miembros de la cámara, sino a todos los ciudadanos.

No tienen suficiente con haber abandonado Galicia ante el mayor desastre medioambiental de la historia, que ahora también abandonan el Parlamento, tratando de confundir al ciudadano, en vez de dar respuestas coherentes y que satisfagan a los que más nos interesan ahora que son todos los afectados por el Prestige .

Señores del PP, los ciudadanos no nos criamos en dos días como los pollos de granja, y por más estrategias que pongan en práctica no conseguirán cambiar la opinión de dejadez y el descrédito que se han creado, aunque manipulen los medios.ANTONIA MARQUEZ ANGUITA. Badajoz