A la alcaldesa de Cáceres

*lfredo Durán Municio

Después de desearle una pronta recuperación de su enfermedad y que las cosas sean tranquilas, ahora le cuento varias cosas que debo pedirle.

Siento muchísimo que después de tanto tiempo conociéndonos no pueda haberme recibido después de haberlo intentado varias veces, como igualmente a Carlos Jurado, pero veo que tenéis demasiadas cosas que hacer antes de atender a los vecinos de la avenida de Alemania. Seguimos con los ruidos de vehículos y motocicletas que no pasan la ITV y con velocidades que no se imagina. Yo quería invitarlos a los dos para que desde mi casa comprobaran in situ lo que estoy diciéndoles. Intentaron poner un radar y no llegó porque no se lo deja la jefatura de la Guardia Civil. ¿Es que tan difícil es comprar un radar y un par de sonómetros para los ruidos? No pretendo que me digan, como la anterior corporación, que no tenían dinero para comprarlo, hagan un esfuerzo y Lorenzo de la Calle, que es un buen economista, podrá crear alguna partida para su compra. No gastemos tanto dinero en el ferial para las borracheras y dedique más atención a los ciudadanos, que también tenemos derecho a dormir.

Espero que hagan un esfuerzo; esperaremos los vecinos un tiempo prudente, aunque llevamos mucho esperando, y transcurrido el tiempo nos veremos en la obligación de realizar una manifestación, cortar la avenida y como último término nos veremos en el juzgado, sintiéndolo mucho, porque las cosas no queríamos hacerlas por la fuerza.

pRECONOCIMIENTO

nEnfermos mentales N

***Chema Tovar Díez

***Cáceres

fEl pasado 10 de octubre la OMS celebró, con el fin de conocer mejor a los enfermos mentales, el Día Mundial de la Salud Mental.

Los enfermos mentales son los grandes marginados de nuestra sociedad globalizada, llamada primer mundo. Estos no pertenecen a esas etnias automarginales a las que con tanta frecuencia se les consiente ciertos beneplácitos con tal de no perder su favor (en forma de votos electorales) ni tampoco a esos colectivos que por algún otro motivo padecen ciertas incapacidades, pero no por ello la de la mente, a los cuales se les concede otro trato. Estos enfermos, por sus minusvalías, no votan, y no cuentan con el apoyo de los partidos políticos a la hora de exigir a la Administración sus derechos más fundamentales. Solo tienen que pasarse por alguna sala hospitalaria anclada en los años 70, donde en pasillos herméticos sin más luz que la que pasa a través de ventanas enrejadas, sin un mal patio, ni una pequeña planta, pasean apiñados pasillo arriba pasillo abajo. Enfermos de muy distinta tipología que en circunstancias normales jamás deberían convivir juntos (alcohólicos, anoréxicos, drogadictos, depresivos, esquizofrénicos, totus revolutus ) con edades desde los 18 a personas muy mayores. Por no hablar de esos colegios obsoletos, sin las mínimas garantías de seguridad ni materiales adptados para trabajar los profesionales con los chavales.

Estas personas en la gran mayoría de los casos no llevan definida su minusvalía en los rasgos faciales (por ejemplo Síndrome de Dowm) con la consiguiente complejidad a la hora de su integración sociolaboral.

Quitémosnos la máscara de la hipocresía, y aceptemos que la época en la que estas personas quedaban recluidas por vergüenza de sus propios familiares, ha quedado en el más oscuro de nuestro pasado. Estas personas con nuestra ayuda y el apoyo de la Administración, no siendo rácanas a la hora de desembolsar los costes económicos (en muchos casos gravosos) de fármacos, pueden perfectamente convivir con nosotros pero necesitan de nuestra solidaridad y comprensión para desarrollarse y vivir mejor. Es importante que sepamos que ninguno de nosotros es inmune a los trastornos mentales.

Educador social

pSIMBOLOS

nA cuestas con la Cruz N

***Joaquín Roncero Guerra

***Cáceres

cSi Dios no lo remedia, así nos vamos a ver los cacereños, a juzgar por la encuesta realizada por Canal Extremadura días pasados, preguntando en el paseo de Cánovas la ubicación de la Cruz de los Caídos, (¡con lo que debe pesar!) en la que unos decían que estaba bien en el sitio actual y otros, que no. ¡Y cuando el río suena!...

El diablo siempre ha huido de la Cruz. Ahora debe andar suelto por ahí algún diablillo con ganas de eliminarla, sin tener en cuenta que la Cruz dejó de ser un símbolo de suplicio para convertirse en otro de redención en el año 313 por medio del Edicto de Milán dictado por Constantino III el Grande, en honor de la Pasión de Cristo e identidad del cristiano. La Cruz de los Caídos, erigida en el mejor sitio de la ciudad una vez terminada nuestra guerra civil (que acabó con la II República), lo fue en memoria de los más de un millón de caídos . La vi nacer y aunque era un chaval, imbuido por los desmanes que se producían a diario, me impulsaron, en unión de otro de mi edad, a entrar en un corral y liarnos a palos con los pollos de una gallina clueca dando vivas a la República hasta acabar con todos ellos. Pero cuando nuestros padres se enteraron, el castigo no se hizo esperar: creí que me arrancaban las orejas. Desde entonces la abomino; prefiero una monarquía parlamentaria como la nuestra, alejada de aquellas absolutistas, como la que mandó desmochar las torres de nuestra ciudad. Eso mismo es lo que se va a conseguir ahora con la plaza de América eliminándole su monumento cumbre.