`Del Ebro no beberé´

Zapatero dijo: "del agua del Ebro no beberé", ahora, como muchas otras veces, tiene que hacer lo contrario de lo que prometió. ¿Recuerdan? Se equivocó con el llamado "proceso de paz", se precipitó retirando sin guardar formas ni compromisos mínimos con la retirada de tropas de Irak, y fue imprudente con el explosivo tema de los estatutos de autonomía, se ha equivocado con la LOE derogando una ley al inicio de su aplicación y sin conocer resultados.

En relación al tema del agua, cometió el error de cargarse de plano, sin matizaciones, el Plan Hidrológico Nacional, que incluía el trasvase del Ebro y un importante plan de regadíos para Aragón. Ahora, la pertinaz sequía, además de hacerle beber el agua del Ebro le hace tragar el sapo de tener que resucitar parte de aquel Plan Hidrológico aznariano. Por más que se quiera disimular con eufemismos semánticos.

Lo peor es que la torpeza de no querer reconocerlo ya ha abierto la guerra territorial del agua. Y la misma torpeza ha cometido el Govern de Cataluña, cuyos miembros del tripartito que lo componen, también se habían juramentado, por motivos electoralistas, en no tocar "ni una gota" del agua de aquel río. Y ahora la necesidad les lleva también a contradecirse, bajo artimañas vergonzantes.

Y es que, en política, señores Zapatero, Montilla, Carod y compañía, como en la vida, nunca se puede decir: "de esta agua no beberé". Eso, cuando aún era niño, me lo enseñó mi abuelo.José Morales Martín

Leche y reses

El sector agrícola y ganadero hace ya más de una década entró en una crisis que ha sido beneficiada por la imposición de las cuotas para el sector lechero: los ganaderos deben pagar para poder producir y, si producen más, se les multa. ¿Multar por producir de más, cuando producimos 6 millones de litros de leche y se consumen 9? Asimismo, a los ganaderos se les impone el precio al que van a cobrar su producto. Son los intermediarios los que deciden por los productores y trabajadores. La leche la cobra el ganadero a unos 70 céntimos si es de la mejor calidad, porque, no olvidemos, pasa por unos controles de calidad y sanidad que el ganadero también debe pagar. En cuanto a la cría y crecimiento de terneros, tampoco está para tirar cohetes, ya que los precios caen en picado desde hace unos meses. Los terneros tienen su gasto de crianza que no se ve favorecido por el precio al cual salen al mercado y, si a esta situación le sumamos el daño que ocasionan noticias sobre si alguien ha podido comer carne de reses infectadas por la encelopatía espongiforme bovina, los ganaderos no van a poder sacar sus terneros al mercado y los van a tener que sacrificar y convertir en abono. ¿Por qué los medios no cuentan que las reses infectadas solo pueden transmitir el trastorno cuando tienen ya más de un año y que los terneros salen al mercado a los ocho o nueve meses? ¿Y qué hay de los controles a los que se someten los alimentos que salen de nuestras industrias primarias, algo que no ocurre con los que llegan de países de Suramérica o del Este?

Cristina Clavel>/p>