CRITICA AL AYUNTAMIENTO

Queja de un vecinode Coria

Francisco Franco Franco

Coria

Soy un vecino de Coria y quiero mostrar mi indignación hacia el equipo de gobierno municipal. Me gustaría preguntar a la señora concejala de Personal que explique qué ha hecho para que vuelvan a salir las mismas personas que han estado anteriormente trabajando. Hemos cambiado nuestros votos para que esto cambiara, pero esto sigue igual. En Coria hay muchas personas que están exentas de trabajo y no se miran sus necesidades. Señor alcalde de Coria, por favor, cambie usted un poco esto que estamos hartos. No haga usted como el gobierno anterior, que siempre estaban los mismos y ahora estamos en la misma situación y mire más por los padres de familia, que hay muchos en Coria.

GESTION DEL AGUA

¿Qué vida queremos?

Ana Lucía de Oliveira

Correo electrónica

La cultura del agua en que vivimos inmersos hasta ahora, dibuja una realidad con un patrón de intervenciones en grandes infraestructuras, como tuberías, trasvases y embalses. Todas son instrumentos que contribuyen a la explotación de más de la mitad de la oferta del agua. A eso también se puede añadir el crecimiento poblacional, la expansión urbana, el consumo de agua en la producción agrícola de regadío y otras dimensiones que reflejan el desarrollo del modelo económico en que estamos metidos.

¡Agua es fuente de vida! Por lo tanto la gestión adecuada del recurso hídrico debe basarse en un proceso participativo social, debe mirar hacia la seguridad futura del suministro y, principalmente, al mantenimiento del equilibrio natural de los ecosistemas acuáticos, si queremos que el agua continúe siendo un recurso natural para nuestras generaciones futuras.

El cambio de mentalidad en la actual cultura del agua, debería presentarse como un reto estratégico ya que se trata de asegurar la vida.

Al final, a toda la gente interesa entender cuál sería el impacto real de tuberías, embalses y trasvases en una cuenca; de la acción de compra-venta de derechos de agua; de los residuos generados por desaladoras... en fin, a la gente le interesa participar y decidir el rumbo que quiere para su vida.

QUEJA

Openbank, cerrado

24 horas

Pablo Miranda Montero

Correo electrónico

Que la situación económica de las empresas financieras no está en sus mejores momentos no es nuevo, pero que las grandes entidades bancarias descuiden su seguridad y su política de compromiso con el cliente es otra cosa bien diferente.

El gran Grupo Santander parece que ha optado por ahogar a su filial online (Openbank) o al menos es lo que pensamos numerosos usuarios como se puede leer en diferentes webs que Google muestra, pues la calidad de los servicios se ha desplomado en cuestión de meses.

¡Todo un despropósito! Incidencias sobre cobros no autorizados que se demoran 3 meses, un servicio de atención al cliente que siempre sufre actualizaciones de software, averías o pérdidas de conexión con la plataforma Santander y que impide la comunicación. Por otro lado, la nueva web de gestión no cumple con los estándares y no funciona correctamente en todos los navegadores: constantes errores, opciones no disponibles o todavía no habilitadas (después de varios meses), la visualización de la información es confusa y un largo etcétera.

Pensaba que la banca online era la solución a los estrictos e incómodos horarios de la banca tradicional, pero nuevamente la tecnología y las grandes ideas son cosa de ciencia ficción.

TRAGEDIA EN BIRMANIA

Poca ayuda

Sebastián P. Vidal

Correo electrónico

Las tragedias del tsunami de Indonesia, Tailandia y Sri Lanka, el 26 de diciembre del 2004, con cientos de miles de víctimas, y del ciclón de Birmania, con decenas de miles de muertos y desaparecidos, pone de nuevo de manifiesto la política de no injerencia de las potencias del mundo occidental. Este principio, que puede ser válido en el aspecto político, no se aguanta en lo referente a la intervención de socorro internacional en pueblos gobernados por dictadores sanguinarios o juntas militares, como es el caso birmano. Los ciudadanos occidentales vamos endureciendo la epidermis hasta convertirnos en seres insensibles ante tanta miseria.