Masajistas yfisioterapeutas

Cada fisioterapeuta lleva implícito el conocimiento del masaje, sin nombrar otros variados conocimientos en la ciencia del tratamiento por medios físicos y terapias manuales, pero no por ello es correcto llamarle masajista.

Hoy día está siendo mal usado el término masajista, siendo erróneamente aplicado, indistintamente, para nombrar a profesionales formados en universidades bajo el nombre de diplomados universitarios en Fisioterapia y también usado para nombrar a personas que se publicitan con tal término (masajistas, quiromasajistas) a cuenta de haber realizado cursos de muy dudosa calidad, de pocas horas de realización y con los insuficientes conocimientos científicos ni legales para capacitarlos a realizar tratamientos curativos y de rehabilitación.

Por ello, no es correcto nombrar a un fisioterapeuta como masajista. La ley no reconoce la existencia de ninguna profesión llamada masajista y, los cursillos así llamados, únicamente les faculta para la realización de masajes relajantes, nunca para tratar lesiones, enfermedades ni patalogías de ningún tipo en el ámbito profesional, competencias que sabemos perfectamente, cada día, miles de seudoprofesionales como los nombrados traspasan sin ninguna clase de responsabilidad, a sabiendas de que su acto ilícito será pasado por alto por las autoridades locales, de la comunidad y del Estado central sin ningún tipo de problema para ellos, y a sabiendas de la no menos preocupante permisividad de las sentencias de los tribunales de justicia.

Quiero reivindicar que hay una única profesión legal que capacita para el tratamiento de gran parte de las patologías y lesiones mediante medios físicos y ésa es la Fisioterapia.JORGE RAMIREZ ALCANTARADon Benito25-M, díade mercado

Llegaron las elecciones y se abre el mercado para el despiece o componenda de pactos electorales, aunque a priori éstos ya estaban apalabrados entre partidos y partidillos, entre políticos y politiquillos de toda índole, pensamientos e ideas de extraña procedencia, algunos apropiándose de unas siglas de partidos políticos que les vienen grande, que le hacen mala sombra a éste.

¿Quién pierde?, el pueblo naturalmente, timado y ajusticiado ante promesas casi imposibles de cumplir. Porque, amigos míos, ¿dónde ha quedado el carisma del político?, ¿dónde ha quedado el cáliz de cada partido?, ¿acaso hemos perdido el estigma de nuestras ideas?, ¿entonces, para qué queremos las siglas?, ¿es que acaso el pueblo se ha dormido?, ¿dónde estaban estos neopolíticos de seudoizquierda cuando tanto miedo teníamos a la derechona oxidante?

Sinceramente no soy político, pero creo que 30 denarios es demasiado barato para vender ideas, para buscar huecos en otro partido y poder sacar tajo. ¿Dónde está la dignidad del político?, ¿hemos olvidado a quienes nos sacaron las castañas del fuego?, ¿hemos olvidado a quienes nos dieron techo y no nos pidieron nada a cambio? Paisano, ¿para qué queremos la cabeza?, ¿para cortarnos el pelo? Qué poco valemos...JOSE M. HOLGADO GUERRASierra de Fuentes

Sesiónparlamentaria 28-M

Sesión parlamentaria, 28 de mayo de 2003, misma fecha en que se celebraban los funerales por los 62 militares muertos en accidente de avión cuando regresaban de realizar labores humanitarias. Al Congreso de los Diputados llega el presidente del PP y sus compañeros, embriagados aún por el buen resultado electoral que según ellos les ha aportado un tremendo éxito. Irrumpen con exagerados aplausos. Ninguna alusión a los militares muertos; se han olvidado ante la exaltación y prepotencia. Tiene que ser Rodríguez Zapatero el que les recuerde que aún están calientes los cuerpos inertes de esas personas que, de regreso a sus casas, han perdido la vida. Esto era más importante que los aplausos al presidente o que la pregunta que pudiese hacer la oposición, porque habrá otros días. No sucederá lo mismo con los 62 fallecidos.

Habrá que preguntar al señor Trillo si conoce el significado de la palabra afrontar y al señor Aznar la palabra responsabilidad.ANTONIA MARQUEZ ANGUITA. Badajoz