¡Ya lesvale!

Con más de 20 años de militancia en el Partido Socialista y camino de la tercera legislatura como concejal, nunca he visto lo que está sucediendo en este partido como en los últimos días.

Dejando un poco aparte lo de la Federación Socialista Madrileña, quisiera hablar de lo que nos sucede a nosotros en Cáceres, más en lo referente a la diputación provincial, donde parece ser que un grupo de amigos de la ejecutiva se reparten los cargos en esta institución como si esto fuese un botín de guerra, dejando los puestos de diputados entre sus mejores lacayos, aun a sabiendas que no tienen ética moral para ocupar estos cargos de responsabilidad.

Quisiera hacerles saber a la Ejecutiva Provincial del PSOE en Cáceres que están jugando con los sentimientos y el buen hacer de muchos militantes y votantes que depositaron su confianza y su voto en este partido.

Por todo ello, cuando tengan que constituir la diputación u otra institución pública, háganlo pensando siempre en las personas idóneas para el cargo y déjense de compadreos y mercadeos, que es lo que me parece que está sucediendo en el nombramiento de algunas personas.VICENTE GONZALEZ DE CACERES. Caminomorisco¡Malinformado!

He observado una desafortunado opinión publicada el día 4 de junio actual en EL PERIODICO EXTREMADURA, en la columna que el colaborador Antonio Sánchez Buenadicha tiene en el mencionado medio, haciendo alusión a la campaña electoral hecha por el candidato de Extremadura Unida, Antonio Población, para la Alcaldía de Cáceres, y concretamente en el interrogante de que a Antonio Población le había faltado acudir a la Asociación La Madrila con un par de jamones de pata negrísima, porque allí un solo jamón se lo merienda Miguel Salazar en un plis plas, y si es de pata blanca no acude nadie.

Por si el señor profe no lo sabe, Miguel Salazar cuando come jamón es como mínimo de recebo alto, y de pata negrísima algunas veces, pero siempre cuando me los pago yo. Le puedo asegurar que para comprar a Salazar hace falta algo más que dos jamones, hacen falta dos... muy bien puestos, no lo olvide, señor profe .

Aunque usted me vea rellenito, no es por un exceso de glotonería, es porque duermo con la conciencia muy tranquila. Pero de una cosa puede estar seguro, que jamás me entró bocado que no fuera por mí pagado. Cuando quiera le doy una relación de los pueblos por los que estuve.

Me resta decirle que su información no es buena, porque sí estuvo en esta sede Antonio Población, pero de nuestra conversación sólo a él y mí nos interesa, aunque deseo que le quede claro para siempre, porque si no se lo tendré que demostrar que yo no soy de los que venden su alma al mejor postor, como la historia ya demostró con otros.

Sé que con su grado de inteligencia sabrá entender, aunque yo no sea muy explícito.

Cuando tenga ganas de hacer chanzas, hágalas con quien le plazca, no conmigo.MIGUEL SALAZAR CALERO. CáceresMiseriashumanas

Derecha e izquierda no son sólo ideologías, sino intereses distintos, programas contrapuestos de acción política y diferencias de pensamientos.

¿Qué sucede cuando los políticos divorciados de sus siglas ideológicas pactan individualmente por apoderarse de algo para lo que han sido elegidos? Pues que el juego democrático se quiebra y se traiciona a la esencia de la política, y sobre todo se traiciona al pueblo. Soy de Cabezabellosa y allí he visto cómo el partido político más votado en las urnas, el PSOE, quedaba relegado de su posición por el pacto antinatura entre PP e IU, alzándose esta última candidatura con la alcaldía. Los intereses particulares se imponen a los intereses de un pueblo que se ha expresado en las urnas y la realidad local es fácil de extrapolar a un nivel más amplio, si tenemos en cuenta lo que está sucediendo en Madrid. De ambos casos, por alianzas bastardas o por traiciones, bien podrían sustraerse motivaciones oscuras para atreverse a quebrar la opinión legítima de un pueblo. Algo falla en nuestras democracias cuando se traiciona a la política y sobre todo al pueblo. Sirva mi denuncia para que esto no quede impune.ANGELES HORNERO. Plasencia