El fuego que nocesa en la campiña

Un funesto manto negro cubre nuestros campos, nuestras tierras y nuestros corazones. Estamos en ferias y fiestas de nuestro pueblo sólo por que así lo marca el calendario, pues Valencia de Alcántara y su campiña sigue, y estará por mucho tiempo, de luto. Seguimos recogidos, aterrados, sobrecogidos, atenazados por los incendios que nos han asolado, por algo que nunca debió suceder o en todo caso no en las dimensiones que alcanzó. No se ha producido ninguna víctima humana, bien, pero todos hemos muerto un poco con la pérdida de aquello que nos hacía sentir más orgullosos de nuestra tierra.

Sobrecoge el silencio, el olor, el color, pero es hora de levantarnos, de mirar el futuro con optimismo, de ayudar todos aportando soluciones, de reconstruir nuestra casa común de la naturaleza, que no entiende de fronteras, ni de lindes ni de propiedades, pero también es momento de exigir responsabilidades y de que reconozcan errores quienes los han cometido. La falibilidad es íntrínseca a la condición humana y no reconocerla es el peor de los defectos y la mayor muestra de prepotencia y de falta de sensatez; carencias y cualidades que adornan a nuestro alcalde socialista. No hablemos de su falta de previsión, de coordinación, de orden..., de gallardía política.

Se han apagado pues las llamas, pero el fuego en nuestro interior no cesa, esperemos que las primeras aguas del otoño aplaquen nuestra ira.LUIS CANDIDO MORENO MORGADO.Concejal y portavoz del PP en elAyuntamiento de Valencia de AlcántaraSilencios y olvidosen la capital cacereña

...Extremadura se mece entre silencios y olvidos... Así empieza una preciosa canción (escrita por un músico extremeño, cacereño por más señas) y lo terrible, es que, hoy por hoy, sigue siendo cierto.

Cáceres, capital cultural, y sus gobernantes (Gobierno central, ayuntamiento, Junta de Extremadura...) permanecen silenciosos y olvidadizos ante los repetidos llamamientos, reuniones, manifestaciones y conversaciones de un colectivo cultural abandonado: los músicos.

Ni siquiera el conservatorio oficial Hermanos Berzosa, perteneciente a la Junta de Extremadura, tiene una sede donde impartir sus clases, estando de prestado en locales pertenecientes a la diputación. ¿Es que después de tantos años no les da vergüenza mantener esta situación? ¿Cómo capital cultural, cuando ni siquiera son capaces de proporcionar un sitio a los alumnos oficiales de música? ¿Con el lema A la Consejería de Educación, al ayuntamiento..., no le interesa la música es con el que nos presentaremos a Capitalidad Cultural Europea...? ¿Les interesa acaso que los futuros músicos, que puedan aportar algún prestigio a la región, echen pestes de la cantidad de medios (cabinas, locales de ensayo...) y oportunidades negadas por su propia tierra? ¿Es cierto que hay que marcharse, para poder conseguir algo?

Igual que existen en cada barrio polideportivos y pistas para que los jóvenes realicen deportes, manteniendo así su cuerpo sano, ¿acaso la mente, la cultura y la creatividad no merecen lugar donde realizarse? ¿Qué locales hay para que futuras promesas puedan practicar, componer, crear...?

La cultural del botellón, puede ser suplantada por la cultura musical, porque no conozco a ningún joven al que no le guste la música. Con locales gratuitos para ensayar, practicar, aprender y compartir conocimientos (ni siquiera en el conservatorio existen cabinas suficientes para los alumnos) se contribuiría a ese cambio. Creando los medios podríamos lograrlo. Si se mantienen la cantidad de muros con los que se enfrentan los estudiantes de esta capital es posible que puedan terminar por abandonar o por marcharse a otra ciudad. ¿Hasta cuándo?M. VICTORIA GOMEZ RAMIREZ. Cáceres