Los responsables del

Plan Infoex responden

Resulta esperable después de los incendios catastróficos habidos en Extremadura, el lamento de lo ocurrido y que frente a la desolación se busquen respuestas a preguntas como ¿por qué ha sucedido esto?, ¿cómo ha podido pasar esto?, o ¿quién es responsable?

De todos los factores atmosféricos el menos apreciable por los sentidos es el de la sequedad del aire. Y es ésta, junto con el viento, lo que más influye en la propagación de los incendios. Una primavera lluviosa y templada ha llenado de pasto fino los montes, seguida de un verano temprano y con vientos solanos (secos del sur y este), sostenidos con humedades relativas del aire en torno al 15%. Este conjunto de factores atmosféricos ha convertido la propagación de los incendios en una catástrofe.

Otros lugares del mundo adelantados en medios de extinción de incendios forestales, como Australia o Norteamérica, cuando sufren una adversidad atmosférica como la descrita, son objeto de incendios catastróficos, que se miden en cientos de miles, e incluso millones de hectáreas. Estos episodios en Extremadura se han reducido a miles de hectáreas, y una decena de localidades evacuadas. En Portugal, donde se ha vivido una análoga situación atmosférica, además de incendios con mucha mayor superficie recorrida por el fuego han sufrido numerosas desgracias personales irreparables, sin que todo ello pruebe la falta de esfuerzo.

De los aproximadamente 1.500 incendios forestales anuales de Extremadura, sólo menos de una decena llegan a tener entidad de grandes incendios. Ello muestra la elevada proporción de eficacia y esfuerzo de los responsables y medios de la extinción de incendios forestales, aun cuando, como en casi todo, quepan posibilidades de mejora.

Cualquiera de los participantes en uno de los grandes incendios de Extremadura ha podido encontrar mejores formas de intervenir en la parte del frente de fuego en que se hallara. Distintas hubieran sido sus opiniones en caso de haber conocido el incendio y su evolución en conjunto, pues para evitar su aumento los medios de extinción deben orientarse estratégicamente. Todo tras cubrir la prioridad habida en defensa de personas y pueblos. Sin embargo, según declaraciones de Angel G. Blanco, de Asaja, "el fuego y los inútiles han quemado la comarca". Tratar de responsabilizar a la administración de los incendios catastróficos, vejando la actuación de los medios de extinción y pretendiendo querellarse contra sus responsables, parece interesado en la búsqueda de más protagonismo en medio de los daños. Utilizando un símil más flagrante, llamar inútiles a los responsables de las fuerzas de seguridad cuando no se logra detener a terroristas, no sólo es injusto por confundirlos con los causantes del daño, sino que, además de despreciar el trabajo realizado, resulta desalentador.

Pese a las calumniosas e interesadas críticas, ni los profesionales de extinción, ni las fuerzas de seguridad reducirán su esfuerzo, superando el desaliento y la falta de reconocimiento de una insidiosa y pequeña parte de la sociedad. En contraposición, es de agradecer la implicada colaboración de los bomberos de las diputaciones, de los medios estatales, de empresas forestales, y de ayuntamientos y vecinos entendedores de que se trataba de una situación de excepción. Gracias a todos y a los retenes, agentes, conductores, emisoristas, técnicos de apoyo, pilotos, mecánicos y vigilantes que trabajan en la lucha contra los incendios forestales.

MANDO UNICO, ADJUNTOS Y

COORDINADORES DEL PLAN INFOEX

Azabal, olvidadosen la oscuridad

Azabal está sufriendo este mes el olvido de quien debe y no quiere ayudarnos. El día 14 sufrimos las consecuencias de la visita del fuego, sin que nadie fuera capaz de ayudar al pueblo. Afortunadamente todo quedó en un susto. Con más fuerza que nunca, hemos confeccionado un programa de fiestas para homenajear a los vecinos, que son los verdaderos héroes. Con el comienzo de la semana cultural surge otro inconveniente: las deficiencias en el suministro eléctrico. Impotente vemos como, día tras día, cuando más lo necesitamos, nos quedamos a oscuras y sin que nadie se preocupe por aportar soluciones. Esta vez estamos dispuestos a luchar hasta el final, a buscar responsables y a denunciar los daños.

CESAR MORIANO Y 80 FIRMAS. Azabal