Declaración de amora Extremadura

Yo, Elpidio Bernáldez Solano, nacido en Cáceres (Extremadura) un 11 de junio de 1931, declaro y ratifico mi amor a Extremadura y los extremeños de la siguiente forma y manera:

Amo a Extremadura desde el momento que nací, porque mis padres también la amaban y respetaban.

Amo a los extremeños y cuantos se precien de serlo, que desde cualquier puesto de trabajo o facetas de sus vidas, trabajan y luchan por Extremadura para honrarla y engrandecerla.

Amo y admiro a todos los centros, casas y hogares extremeños repartidos por la geografía española y parte del extranjero, por tan magnífica y gran labor de promoción y cariño que ponen en todo lo relacionado con las cosas de nuestra querida región, para que sea más conocida y admirada, son como yo digo en muchas ocasiones, verdaderas embajadas de Extremadura.

Amo y siento pasión por los patronos extremeños de Santa María de Guadalupe y San Pedro de Alcántara, porque ellos son sin lugar a dudas el símbolo espiritual y de identidad de nuestra querida comunidad regional (aunque me duela y lamente como buen extremeño que nuestra patrona siga sin pertenecer a la iglesia extremeña en el 75 aniversario de su coronación).

Amo y vivo intensamente la pasión y fervor de la Semana Santa cacereña, declarada de Interés Turístico Nacional, y también a su ciudad monumental, tercera más bella de Europa y Patrimonio de la Humanidad.

Amo, en una palabra, todo lo relacionado con Extremadura y los extremeños. Su cultura, historia, arte, gastronomía, monumentalidad, folclore, belleza de sus pueblos y paisajes, ambiente cultural-musical, hospitalidad y muchas cosas más...

Y amo y adoro a mi estupenda familia y a mi Virgen de la Montaña, de lo que me siento profundamente orgulloso.

Y todo esto ¿por qué? Pues sencillamente porque desde hace tiempo he soñado poder estar en un importante medio de comunicación nacional como éste para poder rendir un público homenaje de amor y reconocimiento a Extremadura, los extremeños y a mi querida esposa.ELPIDIO BERNALDEZ. CáceresLos empresarios delHípico, engañabobos

Leo en su periódico de fecha 3 de septiembre de 2003 que los empresarios del Hípico cacereño querían ofrecer un concierto de Antonio Orozco, el próximo día 28 de septiembre, como agradecimiento a la ciudadanía cacereña, por la buena acogida de su negocio.

Ventas mínimas del Hípico por fin de semana: 30.000 o 40.000 euros. Coste máximo del concierto de Antonio Orozco: 9.000 euros.

Es evidente que aunque regalen el concierto, lo que les interesa es tener otro fin de semana abierto el chiringuito para ganar otro montón de dinero, que en ningún caso ganarían con un fin de semana normal en sus respectivos bares dentro de la ciudad.

Y lo venden como un favor a los cacereños. Se puede tener más cara.

Y mientras, el padre de la criatura, el concejal Francisco Javier Castellanos, sin entregar a la oposición la documentación legal que sirve de base al acuerdo Ayuntamiento-empresarios.

¿Se estará ocultando alguna ilegalidad?JORGE MEDINA MONTERO. Cáceres

El amigoinvisible

El 14 del pasado mes de junio su periódico tuvo la amabilidad y la imparcialidad de publicarme una carta donde denunciaba algunas actuaciones de la derecha que gobierna el Ayuntamiento de Mérida. Entre ellas, el tema de Tele-Mérida, una empresa privada que tiene asegurados unos ingresos por parte del ayuntamiento, que le paga cualquier evento que retransmite.

Esta denuncia no debió gustarle a un personaje que me mandó un anónimo a mi domicilio y que lo firma como un amigo invisible .

No sé quién es ni me importa, pero ya que tiene mi dirección, vuelva a mandarme otro anónimo que no sea tan farragoso y acláreme lo de que usted ha producido mil veces más que yo para este país y lo de Localia y la Junta. Lamento tenga que hacerse usted invisible para manifestarse; yo lo hago identificándome con nombre, apellidos y DNI.

¿Qué le parece la nueva vuelta de tuerca a la asfixia que padece el comercio del centro con la peatonalización de la Plaza de la Constitución y la desaparición de más de 40 plazas de aparcamientos?

Para su pesar le digo que seguiré escribiendo.ANTONIO M. OLIVAS SALGUERO. Mérida