Respeto ysinceridad

En relación a las declaraciones que públicamente realizó el alcalde de Mérida referente a que AEDAR lo trata sin respeto y sinceridad, permítanos recordarle que:

La asociación surge en el año 1999 por la necesidad de protección que tenemos un número considerable de ciudadanos, sin que absolutamente nadie preste atención a las sucesivas denuncias que le hacen a usted conocedor de los hechos. Padecemos ruidos, emitidos por personas rayando en la delincuencia, en locales públicos sin autorización, sin respeto a las normas establecidas y sin escrúpulos por las molestias causadas a sus conciudadanos. Sinceramente no nos quejamos sin motivos, ni pretendemos hundir a ningún empresario, ni teñir de sentido político nuestras denuncias, se trata de acatar las normas para vivir en paz.

Las normas hay que acatarlas nos gusten o no, igual que nosotros, los afectados por los ruidos, soportamos los impuestos nos gusten o no. Igual que nosotros soportamos a nuestras autoridades las votemos o no, y usted ha sido elegido democráticamente y ha aceptado voluntariamente ser la máxima autoridad, no sólo para cobrar nuestros impuestos, sino también para hacer cumplir las normas de convivencia que sinceramente es a usted a quien le corresponde velar para que así sea.

No somos nosotros a los que, de una manera reiterada se nos denuncia por emitir ruidos, o por molestias al vecindario incumpliendo los horarios de cierre, no. Ni tampoco somos nosotros quienes ensuciamos la vía pública aumentando el gasto en limpiezas especiales, no. Ni tampoco somos nosotros los que impedimos el tránsito libre por las calles un día, otro y otro, no. Señor alcalde, sinceramente, no confunda la verdad con una falta de respeto. Permítanos, para terminar, que las molestias por ruidos no es una cuestión baladí. Todos estamos expuestos y al que le toca le cambia la vida.LA DIRECTIVA DE AEDAR. Mérida

Una situaciónde indefensión

Soy clienta de Amena y quiero denunciar una situación que puede ocurrirle a cualquier usuario:

En julio de este año compré un teléfono móvil de tarjeta y desde entonces, por más dinero que le ingresaba, nunca tenía saldo. Finalmente y tras múltiples visitas y llamadas a Amena y quedarme sin línea, descubrieron que en agosto se había hecho un duplicado de mi tarjeta, obviamente sin mi permiso, por lo que actualmente no tengo ni línea, ni saldo, tan sólo el aparato y 100 euros menos, dinero que no he gastado en llamadas y que ha consumido la persona que tiene el duplicado de la tarjeta, por un error cometido por Amena. En septiembre he denunciado en Consumo esta situación, porque ni siquiera Amena ha intentado solucionarlo.MARIA REYES VAQUERO FERNANDEZ. Cáceres

Al hombredel campo

Los callos de tus manos lo dicen todo, tu cuerpo "baldado", el tiempo dedicado a tus campos y tú... tú mirando al cielo para que el tiempo no destruya ni tu cosecha ni tus esperanzas. Y yo digo que eres un "valiente" y te admiro por tu "entereza" venga el tiempo despejado o amenazando granizo, porque más bueno que el "hombre del campo" no existe ninguno en el mundo.

Respecto a esas siglas o agrupaciones agrarias (hay que incluir a las cámaras agrarias) que te defienden, que "eso es muy bueno", aunque tú no lo necesitas, porque más "emprendedor" que tú no hay ninguno por estos "lares".

Que no se desprecie tanto a todo lo relacionado con el campo o la agricultura extremeña, tienen que vivir los miembros de este colectivo "como el resto". ¡Mirad sus manos!, ¡mirad su empeño!, ¡mirad su trabajo!, ¡se merecen todos ellos muchísimo más!

Y yo digo que los "asuntos del campo" no se deben solucionar en los despachos, casi diría yo que el político debe ir a los campos, charlar "sobre el terreno" con los agricultores y así comprenderán lo mucho que están pasando o que pasaron para mejorar sus condiciones.VALENTIN RAMIREZ FERRER. Badajoz

El elevado IPC en laprovincia cacereña

Una vez más las estadísticas sitúan a la provincia cacereña como una de las más inflacionistas del país. Los datos son fiel reflejo de una realidad que las autoridades no parecen dispuestas a atajar. BASILIA S. CARRASCO. Plasencia