Curas ypolítica

Con motivo del fallecimiento de mi padre convocamos a los familiares a la misa-funeral en la iglesia parroquial de la Candelaria de mi pueblo, Fuente del Maestre, tras haber realizado la comunicación correspondiente al cura párroco. Por este motivo quiero hacerles constar mi más profundo desagrado por la forma, hora y contenido que el sacerdote, Francisco Delgado Mancha, llevó a cabo.

La misa era a las 20.30 horas, por lo que algunas personas de Madrid no quisieron acudir, ya que la hora era demasiado tardía para poder regresar a Madrid, no pudiendo negociar ninguna otra hora con el sacerdote.

¡Cuál fue mi sorpresa!, cuando tanto en la misa de mi madre como en la de mi padre, excepto nombrarlos, no se hizo ninguna referencia a las personas por las que se oficiaba el acto. Pero, para mayor sorpresa, pude oír una crítica contra los adelantos del siglo XXI, en el que el señor cura criticaba a las mujeres que se separan acusándolas de adúlteras, a las feministas que las apoyaban, a los homosexuales, a las parejas de hecho, al aborto y al mal que se les hace a los hijos cuando los padres se separan y, para colmo, terminó nombrando a la Pantoja y a su amante. Y aún más fue mi perplejidad al tener la sensación de un mitin por el tono en el que lo mencionaba. Sentí que lo que menos le importaba eran los motivos, así como los sentimientos, de las personas que habíamos acudido allí. Para mítines ya están los actos de los partidos. ¿Acaso no dicen que la Iglesia no hace política?

ANTONIA BARRIOS CARBAJO. Madrid

Toca darlas gracias

Esta vez toca dar un millón de gracias al trato humano de los profesionales que trabajan con nuestra salud y que, por méritos propios, no queda otra alternativa que agradecerles su entrega, su sabiduría y animarles a que sigan en esa línea, que es la que hace que cuando un paciente sale de una estancia hospitalaria lo haga con tranquilidad y la satisfacción de haber sido atendido por verdaderos profesionales.

Pilar ha tenido que estar hospitalizada tres meses en la planta de Tocología del hospital San Pedro de Alcántara. Pues bien, Pilar no puede sino dar las gracias a Dios por haber dado con un equipo de personas (médicos, enfermeras, personal de limpieza...) que han demostrado, primero eso, que son personas, y después, que por algo están ahí, por algo decidieron dedicarse a esta profesión, tan injustamente otras veces cuestionadas; al menos en este caso se han ganado un hueco en el recuerdo y en el corazón de toda una familia.

MONTAÑA DEL SOL. Cáceres

Curro, desconocido, ysingular para todos

Curro se nos ha ido, casi como por no molestar, en silencio. El mismo silencio clamoroso y elocuente que le acompañó toda su vida. Gran músico, cuerpo menudo que rellenaba el último hueco del viejo y desvencijado Land Rover --Jeep-- allá por los esperanzadores años 60/70, camino de la extinta Yugoslavia; eso sí, incordiaba más su enfundada guitarra a la hora de colocarla, empacarla en nuestro Seat 600. Pero después, esa guitarra era el duende que atraía a propios y extraños, y hacía compartir eternas y entrañables veladas por la plaza de San Mateo.

Recuerdo a Curro por las dependencias de la Tesorería, silencioso, que en ocasiones se te aparecía de momento por la espalda en la fotocopiadora o en tu mesa para contarte el siempre último chiste que, no por sabido, tenías que romper a reír con el fraternal ¡estás más tonto! .

Sus últimas aficiones: los toros, los bonsáis, la informática doméstica, los instrumentos musicales, los buenos vinos, las apropiadas vasijas; ah, y su peculiar recuento de personajes populares de las calles de Cáceres. De todo ello, seguro que Carmela sabrá hacernos disfrutar con su especial sensibilidad, similar a la que puso/pone en amar a su currino desde las primeras lunas en los 60/70, donde se encontraron --nos encontramos-- en tabernas, bares y mesones de la plaza .

Ayer, cuando acompañé a Carmela y a sus familiares, su hermano Sebas me miró a los ojos y me espetó "¡Mi hermano, cuánto te quería!".

SEGUNDO TERCERO GOMEZ. Cáceres