POLITICA

Incertidumbre

Eduardo Ortega

Granada

Despedimos el año con clara inseguridad económico-social, obligada o presionada por la inseguridad política, ante este guirigay de falta de consenso a la hora de formar gobierno.

Y es que lo ideal sería simplificar los gobiernos, simplificar las leyes y las cosas, y procurar que España tenga mas seguridad económica, política, social y jurídica. España da un paso para adelante y dos para atrás, el diálogo es bueno, pero también simplificar las cosas y escuchar a todos es lo importante.

La reforma de la Constitución no es la clave, la clave tiene que partir de renovar la mente y la manera de pensar de muchos españoles y de otros que dicen no serlo. También seguimos sin cambiar muchas cosas, como es dejar a un lado que la política sea una profesión de por vida, y sí una oportunidad de servicio.

Demasiadas ideas a veces en conflicto que no nos solucionan nada. La bolsa, uno de los termómetros de la economía en este país, acusa de esa inseguridad a la baja y sólo la esperanza es la clave para que España avance en el campo económico.

Ahora vemos que el discurso político no es la clave, sino la unidad de los españoles y su capacidad de trabajo y de esfuerzo. La democracia no sólo es discutir diversas opiniones, sino también ser un motor de cambio y de simplificar las cosas que importan a los ciudadanos.

Un ejemplo de lo anterior es la falta de coordinación en España a nivel de leyes de educación, o sanidad, y como se han elaborado muchas leyes y en muchos casos dispersas. Por ello la pluralidad regional, también ha podido dar paso a cierta inseguridad jurídica, y a que existan desequilibrios interregionales, algo que nuestra Constitución prohíbe, pero que es, que duda cabe, una sinrazón o un contrasentido, igualdad y pluralidad de los españoles en la diversidad, ¿pero con diferentes derechos? Y después un gran coro de corifeos, que no se ponen de acuerdo.

La diferencia de unos países con respecto a otros (con menos leyes) es que muchos hablan pero a veces poco se actúa, y sobre todo reiterar lo mismo en España abundan muchas leyes, con incontables sobresaltos, ¿pero cuantas de verdad se cumplen en su contenido y totalidad? Ver el horizonte con esperanza, esa es la clave, y no perderse enredados en el eterno detalle.