DON QUIJOTE

Esta que llaman Fortuna

Pedro Serrano

Valladolid

Si aceptamos el juego que nos propone la vida, uno no puede sentarse a la puerta de su casa a que la buena suerte venga a buscarle. La suerte, creo yo, hay que pensarla, perseguirla, lucharla, trabajarla con denuedo. Y si después de todo eso nos rehuye, ya podremos echarle la culpa a lo que nos venga en gana, pero nunca a nosotros mismos por no haber intentado atraparla. Pero es cierto que la suerte es caprichosa y no son pocas las veces que termina jugando un papel nada desdeñable o incluso decisivo en nuestras vidas. Desde el mismo momento que nacemos, o tal vez antes, a la suerte ya le gusta tomar partido. Y es que, aparte de la vicisitudes que luego nos depare la vida, es obvio que existen factores aleatorios como la cuna, la familia, la época, el país o el entorno que la suerte maneja a su antojo sin perdirnos consejo ni parecer.

Pero, para hablar con autoridad y buen tino de la suerte, nadie como como lo hizo Cervantes a través del dialogo que mantienen Sancho y don Quijote al salir de Barcelona ya vencido y desarmado en la playa por el Caballero de la Blanca Luna. "He oído decir que esta que llaman Fortuna es mujer borracha y antojadiza y, sobre todo, ciega. Y, así, no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba, ni a quién ensalza. --Muy filosofo estás, Sancho --respondió don Quijote--, y muy a lo discreto hablas; no sé quién te lo enseña. Lo que yo te sé decir es que cada uno es artífice de su ventura, y que yo lo he sido de la mía, pero no con la prudencia necesaria".

SUMARSE A LA DERECHA

El suicidio del PSOE

Martín Sagrera

Madrid

Se puede discutir qué ha influido más: si las presiones exteriores, como la de Merkel, la empresas del Ibex 35, los barones propios, como Susana Díaz, que rechazó a la izquierda y debe su presidencia a Ciudadanos, o los errores de los partidos que conforman realmente la izquierda. El hecho es que el PSOE, debilitado por su peor resultado electoral y su líder más discutido, ha elegido de modo claro sumarse a la derecha, confirmando su cada vez más patente carácter de ser un segundo PP parcheado, renunciando a ser su posible alternativa, en el Gobierno o en la oposición. Consuma así su suicidio y, lo que es mucho peor, su renuncia a su tradicional papel moderador para una mejor alternancia democrática en España.