Violencia despuésde la violencia

Señoras, señores, la violencia contra las mujeres no existe, y si se demostrara sin ninguna duda que te han pegado, acosado o asesinado tampoco es tan importante. Al menos, eso es lo que piensan algunos y dicen públicamente otros. El presidente de la Xunta de Galicia, los titulares del Juzgado número 2 de Manresa y del Juzgado Penal número 22 de Barcelona se encuentran entre esos valientes.

Defienden al alcalde que abusó sexualmente de una menor, asunto sin demasiada importancia, claro, y que no es motivo serio para tomar ninguna medida política. Dejan en libertad al marido que degüella a su esposa porque eso es producto de un mal día, cosas que no se vuelven a repetir. O absuelven a un maltratador porque su esposa tuvo la fortuna de sobrevivir y recuperarse anímicamente como para contarlo con serenidad o volver a interesarse por la moda.

A esos maltratos, abusos y asesinatos que sufren muchas mujeres en primera persona, se une otra violencia que nos deja sin palabras y sin recursos. Esa violencia que no reconoce la anterior, que la justifica, a la que quita toda importancia, nos destruye como sociedad: propone argumentos que otros toman para no asumir responsabilidades, para proseguir su rutina sexista, para hacer chistes, anuncios...

Esta violencia es tan brutal que nos desconcierta. Aquellos que tienen en sus manos la acción de gobierno o el ejercicio de la justicia deberían ofrecernos otra cosa: la intervención de la Justicia a favor de las maltratadas o injustamente vilipendiadas. Creo que las mujeres que conformamos esta sociedad nos merecemos algo mejor.

JOSEFA CARABALLO SAAVEDRA. Directora del IMEX. Mérida

Otra vez Hernandode Soto

Vivo en la calle Hernando de Soto desde hace más de once años y en este tiempo no se ha hecho nada importante para mejorar su aspecto y hacerla más accesible a peatones y conductores.

Las aceras continúan siendo invadidas por los coches; los bordillos no están rebajados; la iluminación, como en el resto de la ciudad, es deficiente; las marañas de cables cruzan la calle y adornan las fachadas; pero lo peor de todo es la suciedad y falta de higiene. Se trata de una calle protegida por estar cerca del casco antiguo, pero toda ella, y sobre todo el tramo final, se ha convertido en un gran urinario público. Además, es la calle preferida de ciertos desaprensivos propietarios de perros y de pequeños grupos de jóvenes con botellón incluido.

Pero, ¿a quién dirigir esta carta? El señor alcalde y el concejal de Urbanismo no es la primera vez que oyen las quejas de los vecinos y poco han hecho en estos once años.

M. DOLORES DIEZ. Cáceres

Plan de ExcelenciaTurística

Está a punto de concluir el Plan de Excelencia Turística, el cual, como su nombre indica, son obras realizadas de cara al turismo, lo que está suponiendo en muchos casos un grave obstáculo para el desarrollo de Mérida, principalmente en el centro de la ciudad, ya que su peatonalización hace que los vecinos se queden en la periferia haciendo sus compras cotidianas, principalmente en las grandes superficies, que son multinacionales extranjeras y por, consiguiente, destruyen empleo en el pequeño comercio y el empleo que generan es, en su mayoría, precario.

Por otra parte, la peatonalización, con aceras desproporcionadas, con una gran abundancia de bolos y estrechez en la calzada, da origen a múltiples embotellamientos. Pensemos por un momento en la calle Almendralejo: al inicio de la misma, si marcha un vehículo normal, y de pronto irrumpe un camión de bomberos o una ambulancia, y como el acerado está lleno de bolos, ¿por dónde pasan estos vehículos de urgencia? Después vendrán las quejas al servicio de quién tardó media hora a su destino, o sea, los culpables siempre los mismos, los trabajadores, no el político de turno que pensó la obra sin tener en cuenta estas eventualidades y menos en un minusválido en silla de ruedas.

Pero claro está que al político ni se le abre expediente disciplinario, ni se le envía al destierro de Guantánamo, la antigua algodonera.

¿Dónde han trasladado, por que sí, a dos trabajadores municipales que siempre han trabajado en las oficinas centrales?

¿Para cuándo un Plan de Excelencia Industrial?

ELENA SELLER DAZA. Mérida