LA REIVINDICACION

Eurovisión o Europolítica

Iván Nieva Durán

Ha ganado la música, el arte y la puesta en escena. Es lo que me hubiese gustado decir de Eurovisión 2016 pero Ucrania venció en el festival con tan solo tres votaciones y se colocó a la cabeza con una canción política. La cantante Jamala presentó una canción sobre la deportación de los tártaros en Crimea por la Unión Soviética, evidente analogía y paralelismo contemporáneo y limpieza de conciencia de actualidad europea. ¿En qué momento se entrelazó la política con el arte? De pronto nos encontramos ante un intento de lavar la conciencia por la quietud mientras Rusia invadía Ucrania. No falta ser un experto en música, ni en actuación ni mucho menos en puesta de escena para que resaltara obvio que los ganadores estaban entre Francia, Rusia o Armenia, Australia. Para entender los resultados hace falta conocer el contexto político actual que ahonda en estos países, porque estamos hablando de política en toda regla. Quizás sea hora de plantearse cuáles son los criterios aceptables y darse cuenta de que la vida política también tiene que ver con las personas y el arte.

SIN TRABAJO

Los becarios

Laura Panzano

En los tiempos que corren tener más de cincuenta años y una carrera profesional con largos años de experiencia no sirve. El mercado laboral ha cambiado y las empresas buscan jóvenes. El problema es que piden jóvenes con experiencia y perdonen, pero todo no se puede tener. Nos estamos formando para optar a esos puestos de trabajo, con 22 años acabamos la carrera y la única experiencia que tenemos es de prácticas de seis meses, más o menos, sin remuneración alguna. Las empresas aprovechan la situación de poder contratar a jóvenes sin experiencia a modo de prácticas con la intención de formarlos para luego contratarlos, aunque este nunca llegará. Entonces buscarán a otra persona dispuesta a trabajar gratuitamente y ahorrarse un sueldo que pagar y así sucesivamente, un círculo vicioso. Los becarios están para aprender, no para sustituir bajas. Nos exigís más horas de las que se han acordado y una remuneración que en el mejor de los casos es ridícula, sí ridícula. La mayoría de estudiantes tienen experiencia laboral pero no de lo que están estudiando, es lo triste, cuatro años de carrera para salir preparados y que no nos contraten por esa falta de experiencia, y por si no fuera poco, que nos pidan más formación como posgrados y másteres, entre otras cosas. Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todas esas empresas que requieren jóvenes con experiencia, somos la generación más formada de la historia, nadie apuesta por nosotros y así nos va, a nosotros los jóvenes y a vosotras las empresas.