EUROVISION

Ya estamos otra vez

Pere Francesc Lobo

Reus (Tarragona)

Ucrania ha ganado por segunda vez el festival de Eurovisión desde que debutó en 2003. La canción 1944 tuvo una puesta en escena sobrecogedora pero no exenta de un trasfondo político que reavivó la tensión entre este país y Rusia. Crimea, como territorio ucraniano disputado entre ambos contingentes, se convirtió en el eje de un tema musical melodramático que, desgraciadamente, vuelve a ser protagonista de la actualidad.

Ahora bien, si tenemos en cuenta que los organizadores de este concurso no admiten canciones con mensajes políticos implícitos, me sorprende realmente que Ucrania se llevara la victoria en detrimento de otras candidaturas que presentaron canciones mucho mejores. La final se convirtió en un tira y afloja entre Rusia (que quedó tercera), Australia (país invitado) y Ucrania.

No obstante y como resultado de los cambios introducidos en el sistema de votación, la representante australiana se situó en segundo lugar, lo cual encuentro realmente injusto. Está visto que la geopolítica sigue otorgando de forma abrumadora las victorias eurovisivas y que todo se convierte en una apuesta maliciosa entre países del norte y del este. Supongo que el próximo año será el turno de algún país nórdico... ya lo veréis.

LOS PERROS

En un plano diferente

Alejandro Prieto Orviz

Gijón

No se trata de poner duda, menospreciar o ridiculizar el flujo de sentimientos y experiencias personales, pero me resisto a aceptar y compartir la idea de que los perros son mejores que los hombres y, además, sus mayores amigos.

De la misma manera que estaría fuera de lugar contemplar agravantes como la premeditación, alevosía, nocturnidad o ensañamiento en el ataque de un perro a un niño, tampoco parece razonable atribuir cualidades como la amistad, solidaridad y empatía a un perro enseñado y utilizado para la localización de personas enterradas tras una catástrofe. Creo que, tanto el mejor amigo como el peor enemigo del hombre, no es otro que el propio hombre; y también el más corrosivo y perjudicial para la vida y el equilibrio de los ecosistemas.

Sin embargo, en materia de conducta ello no sitúa en un mismo plano a hombres y canes, ya que los comportamientos de unos responden al instinto y los de los otros a la "inteligencia". Por cierto, buscar refugio en la docilidad y fiel compañía de un perro para eludir las responsabilidades y los deberes que conlleva ser propietario, ¿no es hacer trampa?