PAPELES DE LA CASTELLANA

Vivir como reyes

Martín Sagrera

Como ya sospechábamos, 'Los papeles de la Castellana' prueban que los familiares más cercanos a los monarcas de turno viven como reyes, a costa de los ciudadanos, con maniobras financieras (ya menos) ocultas. ¿Qué de extraño tiene esa conducta, digamos, poco ejemplar, si hasta los tan opíparamente reinantes han disfrutado demasiado así hasta de bienes testamentarios, por no hablar de otras fortunas que echan humo y con las que han saludo lujosamente a flote? Más aún, los reyes actuales bendicen que hagan lo mismo hasta amiguetes no biológicamente ligados a ellos, como López Madrid, despreciando las críticas a unas tarjetas de (des)crédito, literalmente black , negras, como mierda de envidiosos. Ya hace más de un siglo, en una de sus famosas biografías, Stephan Zweig constataba que si "todos los reyes roban, los Borbones se pasan".

LOS DELITOS

Cañizares y Aguirre

Josefa Ortega Oliar

No es que una vida mejor sea siempre carísima, como apuntaba W. Churchill; en realidad, no cuesta nada moralmente a quien no tiene más principios que conseguirla. Cambiar de chaqueta, o hasta de manto de púrpura de siete metros (dos casos en la Iglesia católica, no ha costado nada al cardenal Cañizares, hoy en un camino de bajada opuesto al de los Borja (o Borgias): del Vaticano a Valencia, tras la forzada dimisión del ultra Ratzinger. Hecho todo un progre como Francisco, y prometiendo como él dar a los pobres los inmuebles inútiles de la Iglesia (tranquilos, en ambos casos ha sido una broma), ahora denuncia, medio siglo después, la censura franquista a los sermones... cuando se critica los suyos contra los derechos humanos.

Esperanza Aguirre ha intentado muchas veces la vía tradicional de hacerse la tonta sobre el Jaguar o los millones de sus respectivos esposos, para no hablar de la infumable corrupción de sus principales colaboradores, ya en la cárcel o camino de ella. Pero, visto el poco éxito, incluso lo ridículo que eso resulta ya, acaba de pasarse al extremo opuesto al de la mujer tradicional, conservadora; y declara que preguntarle sobre los curiosos negocios de su marido es una actitud... machista.

OBAMA

Hiroshima

M. Llopis Piferrer

La muerte no cayó del cielo sobre Hiroshima, como ha afirmado el presidente Obama, sino de un avión estadounidense. Fue un enorme crimen de guerra emplear la bomba atómica sembrando 140.000 muertos y muchas más víctimas civiles, en vez de echarla en un lugar el que, manifestando su poder letal, y su consiguiente efecto disuasorio, habría evitado esa catástrofe sin precedentes.