POLITICA

La siesta de la izquierda

Antonio Caballero

Madrid

De los cuarenta años de franquismo --y cuarenta más de casi lo mismo-- tiene también mucha responsabilidad la izquierda. Baste recordar que la noche del 17 de julio de 1936, preguntado por la prensa acerca de la rebelión militar, el "gracioso" portavoz del Gobierno republicano respondió: "Se dice que se han levantado unos militares. Yo, señores, me voy a acostar". Reivindicando para sí las vacaciones, los dirigentes de izquierda sestean mientras los de derecha aprovechan ese periodo para perpetrar algunas de sus mayores tropelías. Más aún, alguno, con suicida insensatez como Iglesias, ha despreciado abiertamente la movilización de sus bases, ahora que él ha conseguido una poltrona. Así acabamos de ver cómo se ha elegido a Pastor, --nombre tan significativo de cómo el PP ha mandado el Parlamento y el país--, para dirigir el Congreso, como paso previo a su recuperación del Gobierno, por culpa de la traición de quienes podían y estaban elegidos para impedirlo. La crisis económica, dependiendo de ciclos exógenos, quizá disminuya algo; pero la política acabará reventando, a no ser que triunfe aún más un conformismo amoral de un rebaño humano que imita demasiado bien al de los irracionales.

TERRORISMO

Niza: matar moscas

Jaime Rodríguez

Cunit (Tarragona)

Después del cruel asesinato múltiple con un camión en Niza, varias reflexiones me vienen a la mente. La primera de todas es que me pregunto para qué sirve sacar al ejército a la calle y poner más control policial tras este atentado cuando hemos podido ver lo fácil que es matar a un montón de personas con un simple camión.

Otra es que se están buscando cómplices de este loco, y se quiere relacionarlo con Daesh, con el yihadismo.

Yo sólo veo a un desequilibrado frustrado con el mundo, lleno de odio, que no niego que se haya inspirado en el yihadismo, como el asesino de Orlando, pero de ahí a que sea un terrorista entrenado de Isis, para mí hay mucha distancia. Los que conocían a Halaoujief, el asesino, coinciden en que era alguien desequilibrado, pequeño delincuente con antecedentes, para nada religioso. Veo a un pobre diablo que odia a la humanidad, lo cual veo muy triste, y lo fácil que es hacer daño a las personas. Los gobiernos nos quieren hacer sentir seguros con más policía y vigilancia, pero la realidad es que estamos expuestos día a día a que un loco pueda hacer daño a mucha gente sin bombas, ni armas.

Una cosa es el terrorismo organizado y con una base ideológica y otra es un desequilibrado.