´La rotonda¿de la muerte?´

Con fecha 9 de febrero, don Juan González se dirige a nuestro alcalde a través de las páginas del Periódico. Entiendo que las referencias que hace son de mi competencia y paso a señalarle algunas de las (a mi juicio) imprecisiones que contiene en su escrito.

En primer lugar, no es correcto decir que nadie se juega el físico por cruzar los pasos de peatones de la rotonda a la que se refiere. En todo caso, de ser ello cierto, habría que estar de enhorabuena, ya que quien se lo juega lo gana, pues en todo el año 2003 las incidencias registradas en esa glorieta han sido dos accidentes, ambos colisiones por alcance entre vehículos, y una prueba de alcoholemia a un conductor. Nada de atropellos y, por supuesto, nada de muerte (afortunadamente).

Así, pues, por la rotonda de la muerte la conocerá el señor González, puesto que él solito es quien la ha bautizado de forma tan pintoresca y tan escasamente próxima a la realidad. Si lo que pretendía es causar alarma social o llamar la atención, hubiera resultado mucho más efectivo haberla bautizado como la rotonda de la masacre o la rotonda del despanzurre , o cualquier otro calificativo más o menos gore , pero con la misma poca fortuna que el que ha utilizado.

Por lo que se refiere a los imprudentes conductores que no respetan las normas de tráfico, es muy dueño el señor González de echarle la culpa al señor Saponi, que tiene la misma que la estatua del rey Alfonso IX que adorna otra de las glorietas de la ciudad, ya que, salvo opiniones más autorizadas, la culpa es de los conductores imprudentes y de nadie más. Y no debe haber tantos (por lo menos en ese punto concreto) cuando la siniestralidad es tan irrelevante.

En cuanto a que el señor Saponi va por las barriadas solicitando el voto, ni entro ni salgo, pero entiendo que es su obligación y que hace igual de bien que el resto de nuestros representantes, que hacen lo mismo. En definitiva, que si el señor González lo que ha pretendido ha sido menoscabar el prestigio y la gestión de nuestro alcalde, le sugiero que para la próxima vez utilice otros argumentos menos significativos y más acordes con la realidad.

CESAR GARCIA GONZALEZ. Jefe de la Policía Local de Cáceres

Las reglas dejuego democráticas

El respeto a las reglas de juego constituye un principio básico de toda democracia que se precie de tal. Y la transgresión de esas normas suele --y debe-- pagarse muy caro, como quedó confirmado en nuestro país cuando los desmanes cometidos por unos pocos relevantes políticos socialistas costó el poder al PSOE en las elecciones del 96.

Ahora, sin embargo, las cosas parecen haber cambiado, y esa necesaria limpieza que hacen las democracias serias para (utilizando el voto) eliminar de la escena política a los gobernantes que mienten, manipulan, enconan la convivencia, trampean, desprecian al Parlamento, insultan la inteligencia de los ciudadanos, meten al país en una guerra indeseada, etcétera (que todo eso significa romper las reglas de juego y es lo que ha hecho en esta última legislatura el gobierno del señor Aznar amparado por su mayoría absoluta), no parece vaya a realizarse en los próximos comicios a juzgar por las estimaciones de voto, que dan de nuevo al PP como seguro ganador. ¿Qué nos pasa? ¿Estamos dispuestos a taparnos la nariz, mirar hacia otro lado y revalidar en el poder a quienes tienen como lema de su acción política el todo vale ? ¿Nos damos cuenta que está en juego nuestra dignidad como demócratas? Recapacitemos, por favor. Lo hicimos muy bien en el 96 apeando del poder al PSOE. Ahora, en el 2004, sería muy conveniente para la salud de nuestra democracia que el Partido Popular perdiese las elecciones de marzo.

LUIS HERMOSO QUESADA. Badajoz

Fe de errores

En el periódico del lunes pasado se decía que la ganadora de un premio fotográfico de la Semana de La Vera era Nora María Hernández-Cano Acosta, cuando debía decir Hernández-Cano Torrecilla.