Las rampas

de Plasencia

En el periódico del día 2 de febrero, he leído un artículo referente a la rampa que hicieron en la puerta de la Catedral. No sé si está bien o mal hecho la rampa, pero sin embargo, hay otra, en este caso son escaleras, la que sube al postigo de Santa María, que los escalones son muy altos, sobre todo para las personas mayores.

Esto sí que lo tendrían que tener en cuenta, pues los de Plasencia, si exceptuamos los del barrio de San Juan, no usan esta subida. Se ve que las autoridades no conocen la misma, porque a la Catedral vamos siempre por San Esteban. Se podría hacer una rampa o bajar los escalones de altura, pues vengo observando, porque vivo al lado, que con frecuencia, cuando paran autobuses, varias personas tienen que irse por la Puerta de Talavera y coger la calle de la Encarnación para ir a la Catedral.

Y ya puesto, quisiera saber porqué dejaron en la avenida de Alfonso VIII, entre la acera y la calzada, una franja de tierra, que supongo sería para plantar flores, pero en la actualidad no hay nada. Igualmente ocurre en la entrada a Torre Lucía, a derecha e izquierda, donde hay dos trozos de terreno que hoy están verdes, peque que cuando se seque la hierba se convertirá en maleza. Hagan un jardín y estará más bonito.

JUAN MANUEL PERAL BLAZQUEZ

Plasencia

Febrerillo

loco

Febrerillo loco ha llegado. Abrigados nos ha encontrado, pero no arropados a todos por igual, ante el adiós de un gobierno que se va. La campaña electoral se encuentra enmarañada de disputas que no resuelven los problemas del día a día del ciudadano y, a la postre, en un futuro no muy lejano, la gente vivirá en chozas de familia monoparental; la economía sólo dará para la subsistencia de un miembro y nada más. La nueva moneda no sólo nos ha traído la subida del precio de los tomates, que puedes decidir comerlos o no, sino la subida de todo de una manera bestial y los sueldos ya no pueden estirarse más.

Que el próximo gobierno ponga los pies en el suelo y que no camine en alfombras, sino por calles ¡de barrios, de pueblos! Que el ciudadano tiene un sueldo escaso, precario, las hipotecas son un infierno ante las grandes empresas que siguen obteniendo ¡beneficios, beneficios! y son para ellos.

MARIA ZARZA RUIZ. Cáceres

El dictador

de la Jara

Amador Alvarez Alvarez, alcalde de Carrascalejo de la Jara y diputado nacional del PP por Cáceres, lleva 24 años ejerciendo de dictador al más puro estilo hitleriano con los vecinos de su pueblo, ya que los empleos del ayuntamiento y las obras son concedidas a dedo. Basta una pequeña prueba: a un hijo suyo, sin trabajo, lo contrató de socorrista en la piscina; una hermana de su nuera también ha sido contratada de socorrista y a una concejala del Partido Popular le ha dado el trabajo de ayuda a domicilio, etcétera.

A un vecino de su pueblo, que no era de su agrado, mandó tirarle una cerca y soltarle las vacas. Fue demandado judicialmente, fallando el juez a favor del vecino, pero las costas, por un importe de 317.000 pesetas, las pagó con dinero del ayuntamiento.

A otro vecino, jubilado, le ha cortado la luz de su casa tres veces: la primera vez había un familiar en la vivienda con cáncer en fase terminal y hubo que ingresarlo urgentemente en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, a una distancia de 170 kilómetros, falleciendo poco tiempo después.

El señor alcalde y diputado del PP, está denunciado en los juzgados números 1 y 2 de Navalmoral de la Mata (por prevaricación, abuso de autoridad y apropiación indebida), en el Contencioso de Cáceres y en el Supremo de Madrid, habiendo fallado en su contra los juzgados 1 y 2 de Navalmoral con el consiguiente cargo de costas.

En los 24 años que lleva ejerciendo el cargo de alcalde, no ha presentado ninguna clase de cuentas a la oposición. Se le han solicitado por escrito en reiteradas ocasiones, pero él hace caso omiso a los requerimientos. Está denunciado al comité de disciplina del Partido Popular hace ya varios meses, pero él sigue en sus trece de hacer lo que le place o bien es que el PP no le ha llamado al orden. Debe ser que en el Partido Popular vale todo, porque si en el País Vasco el señor Iturgaiz toca botones, el señor alcalde y diputado toca palillos (para seguir estando donde está), u ocupando los cargos políticos que ocupa.

RAMON MARTIN MARTIN. Carrascalejo