Comentarios auna sentencia

Un ciudadano de Don Benito, molesto por una denuncia que un policía local le había impuesto debido a que su vehículo se encontraba mal estacionado, se dirigió al agente denunciante y le profirió una serie de amenazas graves, claras y contundentes.

Se pusieron en conocimiento del juzgado competente, mediante el correspondiente atestado, los hechos acaecidos y... sorpresa: su señoría entiende que las manifestaciones del policía denunciante, avaladas con el testimonio de su compañero uniformado, no son suficientes para destruir la presunción de inocencia del denunciado, que, asimismo fue avalado por las manifestaciones de otro ciudadano, (que curiosamente no se encontraba en el lugar de los hechos, aunque éste sería otro tema) ambos negando, como suele resultar lógico, las amenazas.

Afirma su señoría en su (creo que injusta, aunque jurídicamente correcta) sentencia, que no hay pruebas objetivas suficientes para condenar al encausado.

Y yo me pregunto, ¿cuáles han de ser estas pruebas?, quizá los policías debieran llevar una grabadora para este tipo de situaciones, puesto que no se me ocurre qué otras pruebas objetivas podrían aportarse en estos procedimientos.

Comprendo que la palabra de un policía en los procesos penales no siempre (nunca) haga fe, como suele ocurrir en la Administración, pero, por favor, que su señoría entienda que si son dos policías los que escuchan las amenazas, hay muchas posibilidades de que éstas sean ciertas, pues ante todo son profesionales, y que estas sentencias les hacen mucho daño en su propia autoestima y en su imagen exterior, al menoscabar su, ya de por sí, maltrecha (por los tiempos que vivimos), autoridad .

JULIO A. GARCIA RODRIGUEZ, Oficial de la Policía LocalDon Benito

Carta abiertaa Carlos Floriano

Cuando esta mañana le escucho a usted decir por la radio que la decisión de Rodríguez Ibarra de nombrar a Felipe González presidente de un patronato para interpretar las ideas que los jóvenes extremeños tengan a bien presentar, le parece volver al pasado, me quedo atónito.

Atónito porque a mi juicio el pasado más retrógrado, trasnochado y arcaico lo representan usted y su partido, ya que hasta el día de hoy lo único que le he visto hacer bien es peinarse y no despeinarse siquiera para agredir verbalmente con sus opiniones cualquier propuesta lanzada por la Junta o su presidente.

Atónito de que se pregunte usted qué piensa hacer Felipe González con los dineros destinados a dicho patronato y que para ello le citará en la Asamblea para que lo explique, seguro que usted con su coherencia y su demostrada solvencia gestionando los dineros públicos lo haría mejor.

No espero tener noticias suyas, sólo deseo que se cumpla mi sueño que no es otro que verle en Madrid o en pernanbuco , lejos de Extremadura con sus trasnochadas ideas.

JIGUERA. Cáceres

Elecciones, boday españoles

Mi padre siempre me decía que la política es el arte de la mentira, de la seducción puro márketing, y en estas cabilaciones andaba esperando turno en una peluquería unisex cuando una señora que ojeaba una revista del corazón le comenta a otra: ¡ay! no sé, no sé a quién voy a votar con esto de la boda del Príncipe.

Y..., ¿qué tiene que ver la boda con las elecciones?, le comenta la otra señora.

Pues que no sé quién tendrá mejor presencia como presidente para acudir en calidad de representante de la nación a un acontecimiento tan importante.

Entonces fue cuando caí en la cuenta de que en esta España de los programas de 4 a 7, de los grandes hermanos de la generación OT y de la isla de la selva o la jungla de los famosos hay que olvidarse de cualquier promesa, programa, pacto electoral e incluso del color del partido y llegado el momento de las elecciones, antes de hacer uso de nuestro derecho al voto, nos hagamos todos la siguiente reflexión:

¿Quién quedará mejor como presidente en la boda del Príncipe?

RAUL PAREDES CAMBERO. Cáceres