DISPUTAS INTERNAS

La abstención del PSOE

Luis Alberto Pérez Fernández

Pinofranqueado (Cáceres)

Soy votante del PSOE por fidelidad porque ya hace tiempo que no me siento representado por ninguno de sus dirigentes. Cada día me transmiten menos capacidad de liderazgo, menos generosidad, menos sentido de partido, menos compromiso con el país y, lo peor en mi opinión, menos inteligencia. En cambio, sí detecto más personalismos, más revanchismo, y más ningunear al ciudadano (el votante). A pesar de todo ello, sigo votando a los socialistas con la única esperanza de que vuelvan tiempos mejores.

Ahora, el partido (o lo que queda de él) se enzarza en disputas inanes: votar no o abstención a Rajoy, o nuevas elecciones. Yo soy un trabajador con un cociente intelectual normal al que no se le escapa que una nuevas elecciones llevarán a la desaparición del ya menguado PSOE. En cambio, mi sugerencia es que los diputados socialistas «gobiernen» desde la oposición en unión de otros grupos políticos. Puede hacerse más daños al un posible gobierno del Partido Popular desde la oposición, que propiciando indirectamente una mayoría absoluta en las terceras votaciones. Y con esto no hablo de una hacer oposición destructiva, sino constructiva, que beneficie a los españoles.

SIN TIEMPO LIBRE

Los deberes escolares

Sandra Querol Calvo

Barcelona

Alargan los días más allá de las horas que debería tener una jornada laboral, generan presión y estrés, roban tiempo necesario para pasar con la familia y amigos... Señores y señoras, tenemos un problema. Unos minutos para que suene el timbre de salida y... «¡Chicos, no os olvidéis, para el próximo día haced los ejercicios!». Es muy fácil decir «pero si se hacen en un momento...». ¿Se han parado a pensar quién, después de ocho horas lectivas, tiene el cerebro capacitado para seguir concentrado y rendir a la hora de ponerse a hacer las tareas? ¿Quién les devuelve ese tiempo que podrían pasar con sus familias desconectando de los estudios? Nadie. Lo correcto es pasarse una media de dos horas más, sentado frente al papel, estrujando el cerebro al máximo. Y es que según la OCDE, España está entre los países que más horas invierte a la semana en hacer deberes, mientras que en otros países se invierte mucho menos.